El uso del futuro centro cultural Reina Sofía se desconoce, mientras se restaura el edificio que lo albergará
Las obras de restauración del antiguo hospital General de Madrid, futuro centro cultural Reina Sofía, estarán terminadas antes de que concluya el próximo año. Sin embargo, pese a que los trabajos comenzaron en 1976 y hasta el momento se han invertido 990 millones de pesetas, el arquitecto Antonio Fernández Alba, responsable del proyecto en el que intervienen 12 arquitectos, insistió ayer en que sigue desconociendo el uso definitivo que se le dará al edificio. "Ocurre como con la obra de Pirandello", bromeó, "que los personajes siguen buscando a su autor".
En el que fuera antiguo hospital general para hombres hasta 1965 trabajan actualmente alrededor de 200 personas. El edificio cuenta con 40.000 metros cuadrados construidos, la mitad de ellos útiles, y 4.800 de jardín. Las obras que dirige Antonio Fernández Alba han supuesto la recuperación de las galerías abovedadas, adornadas con 21 arcadas bajo las que anteriormente estuvieron miles de enfermos acogidos a la beneficencia.El arquitecto Antonio Fernández Alba, quien al margen de este trabajo es director general del Instituto de Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico, además de presidir el patronato del Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), aseguraba ayer que espera que la solución definitiva sobre el uso del edificio no suponga una aventura cultural y que esa decisión -que deberá ser política- configure un modelo que, cuando menos, sea rentable.
Aunque inicialmente se presentó la idea de que el Reina Sofía fuese un centro semejante al Georges Pompidou francés -ya entonces se le empezó a llamar Sofibur, por imitación del Beaubourg-, Fernández Alba no mostró ayer una opinión muy favorable a este proyecto debido a que los gastos de mantenimiento serían altísimos y porque Madrid ya cuenta, con otros dos grandes centros culturales: el Conde Duque y el de la Villa. "Espero", dijo, "que la solución vaya más hacia la idea de conseguir que el Reina Sofía sea El Prado de la cultura del siglo XX, donde se muestren desde las nuevas tecnologías hasta todo aquello que hace la historia cultural de este siglo". ¿Esto supondría la incorporación del MEAC al Reina Sofía? Fernández Alba no se pronuncia sobre este extremo e insiste en que la decisión final será política. Tan política que ni el director general de Bellas Artes, Dionisio Hernández Gil, ni el director gerente del MEAC, Aurelio Torrente, quieren hablar del asunto.
Decisión política
Mientras esa decisión política llega y las obras de restauración concluyen, una de las pocas cosas que se conocen es que una parte de las salas estará dedicada para el futuro Museo de Reproducciones, integrado por 2.400 esculturas que se encontraban en el Museo de América y en los sótanos del MEAC. Muchas de estas esculturas de escayola, sufrieron fuertes daños y actualmente se encuentran en restauración.Otro de los planes dados a conocer es que la actividad de las salas Picasso de la Biblioteca Nacional será trasladada a las dependencias del Reina Sofía. Estas salas ofrecen habitualmente exposiciones de pintura contemporanea.
Los sótanos del edificio, anteriormente destinados a los servicios del hospital, están siendo recuperados tal cual fueron construidos, con paredes de ladrillo visto, y podrían ser utilizados -explica Fernández Alba- como talleres teatrales.
Otras pequeñas salas de la parte baja están pensadas para dar cobijo a distintas actividades creativas, incluso aquellas que durante años fueron utilizadas como celdas para los enfermos mentales. "El destino concreto que se le dé finalmente", añade el arquitecto coordinador, "no es decisivo, porque yo he seguido un proyecto válido para cualquier uso siempre que esté dentro del campo cultural. Está claro que esto no será un hotel o cualquier otra cosa semejante. Hemos conseguido recuperar un edificio muy importante, situado en una zona privilegiada, al que se le puede sacar todo el partido que se quiera".
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