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Orense, subdesarrollo con pinceladas modernistas

ENVIADO ESPECIALEl subdesarrollo crónico y el conservadurismo político que caracterizan a esta provincia no han impedido, sin embargo, que en los últimos tiempos hayan surgido en ella algunos personajes que le han dado una imagen nueva. Los modistas Adolfo Domínguez y Roberto Verinno, dos de los creadores de moda españoles con mayor proyección internacional, son sin duda los mál conocidos. A ellos habría que unir hombres como Mariano Sanz Pech, el gobernador civil de la provincia, que, al no tener demasiados problemas de orden público, dedica sus horas libres a la crianza de nuevos vinos del Ribeiro; o José Posada, el presidente de la Caja de Ahorros de Orense, que promueve la industrialización de delicados postres elaborados con castañas.

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Pero estas ráfagas de modernidad son pequeños oasis en un desierto. Orense tiene una población activa de 187.000 personas; de ella, el 55% se dedica a la agricultura, un porcentaje idéntico al que, según la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura), se registra en Angola. La población activa agraria en Europa se sitúa en el 13,8%.

En la industria, el panorama tampoco es optimista. La débil inversión para nuevas fábricas o establecimientos fue inferior durante 1984 a la que se registró en 1983. El paro aumenta, aunque en el conjunto provincial, por la ingente cantidad de trabajadores dedicados a faenas agrícolas, se sitúa en el 9,68%, muy por debajo de la media nacional (21,7%).

Los sindicatos no dejan de denunciar la situación. UGT lamenta que a la hora de enumerar los problemas actuales de Galicia solamente se resalte la reconversión industrial de Vigo y El Ferrol, y se olvide el subdesarrollo orensano, derivado de su escasa industrialización. CC OO destaca cómo el polígono de San Ciprián, situado a las afueras de la capital de la provincia, es ahora un cementerio de empresas. La Intersindical Nacionalista de Traballadores Galegos vaticina una mayor aglomeración de trabajadores en el campo.

Chispas entre nubarrones

En este sombrío panorama hay quien consigue chispear entre los nubarrones de la crisis. Además de las industrias de confección antes mencionadas, el éxito empresarial está representado actualmente en Orense por el grupo Cooperativas Orensanas (Coren) y por las 42 canteras de pizarra existentes en la comarca de Valdeorras -donde trabajan unas 1.400 personas en condiciones inhumanas, en opinión de algunos sindicatos-, que exportaron durante 1984, según datos de la Cámara de Comercio, 246.000 toneladas de pizarra, por un valor de 7.980 millones de pesetas.Coren es la primera industria de la provincia y la segunda de España del sector alimentación. Surgió hace 25 años, cuando Eulogio Gómez Franqueira, un maestro rural, fue capaz de convencer a un grupo de sus paisanos de que el futuro de la agricultura no estaba en el minufundio (en Orense, el 94% de las explotaciones agrarias tiene una superficie inferior a las 10 hectáreas) ni en la actividad individualizada, sino en la acción de grupo, en las cooperativas. Hoy Coren, con numerosas granjas dedicadas a la producción de huevos, pollos de engorde, ganado porcino y vacuno, factura 25.000 millones de pesetas y tiene unos 1.100 empleados.

La influencia de Franqueira

Desde la dirección de Coren y la presidencia de la Caja Rural, Eulogio Gómez Franqueira ha ejercido una influencia decisiva en la actividad económica y política de esta provincia. Procurador familiar en las Cortes de Pranco, optó por UCD cuando llegó la democracia y llevó con él al Congreso y al Senado a sus hombres de confianza. En la catástrofe centrista del 28-O, UCD sólo logró la cifra de dos diputados en una provincia: Orense. Los elegidos, Pío Cabanillas y Franqueira.Tras el naufragio centrista, Cabanillas ha optado por acercarse al barco de su antiguo jefe, Manuel Fraga, mientras Franqueira, recordando la militancia galleguista de su época juvenil, decidió impulsar la creación de Coalición Galega, un partido nacionalista moderado, al estilo del PNV y Convergència. Una vez más, el éxito le acompañó y Coalición Galega ganó las municipales de 1983 en Orense, dejando detrás a Coalición Popular y PSOE, y obtuvo buenos resultados en Lugo.

El proyecto de consolidar un partido nacionalista con presencia en las instituciones regionales comenzaba a materializarse. Sin embargo, en septiembre de 1984, Gómez Franqueira sufre una trombosis que le paraliza la parte derecha de su cuerpo y le aparta de toda actividad pública. La ausencia del líder indiscutible origina tensiones internas a la hora de afrontar las elecciones autonómicas.

AP, en su deseo de obtener la mayoría absoluta, sabe que tiene un frente vulnerable, Orense, donde está la única diputación gallega que no controla y que tiene como presidente desde 1979 a Victorino Núñez, un hombre de Franqueira que ocupó un cargo destacado en la Caja Rural.

A mediados de julio de este año, el presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor, se entrevista con Victorino Núñez en el pazo que tiene Pío Cabanillas cerca de Cambados. La oferta de pacto está hecha. La reunión trasciende a los periódicos y surgen inmediatamente comunicados de Coalición Galega y de Coren; esta última deja claro que la empresa y Gómez Franqueira están al margen de cualquier operación tendente a separarse de Coalición Galega para posteriormente pactar con Coalición Popular.

Días después, Coalición Galega suspende de militancia a Victorino Núñez y éste opta por crear un nuevo partido, Centristas de Galicia, al que inicialmente se suman una treintena de alcaldes que también pertenecían a Coalición Galega. Se cierra el acuerdo con la formación que dirige Fraga, y Núñez concurre a las elecciones del día 24 de este mes encabezando la candidatura de Coalición Popular por Orensel con algunos de sus seguidores en puestos de los considerados seguros.

Deuda de afecto

"No tengo facturas materiales que pagar", señala Victorino Núñez para justificar su mudanza; "tengo una deuda de afecto, y cualquier gesto de la familia Franqueira hubiera sido suficiente para que me fuera de la política". Agrega que la idea de crear Centristas de Galicia surgió al considerar que el proyecto de Coalición Galega comienza a venirse abajo a raíz de la enfermedad de Franqueira.Núñez resta importancia a las reacciones que ha provocado su designación en algunos aliancistas orensanos. Particularmente crítica se ha mostrado la senadora Carmen Lovelle: "Muchos interpretamos que en estos pactos alguien recibió el ciento por uno". La senadora, apasionada de Manuel Fraga, ha anunciado que no apoyará en Verín, donde fue elegida alcaldesa en 1979, la campaña. "Siempre he ayudado a AP", dice, "pero una cosa es eso y otra es solicitar el voto para personas que hasta ayer mismo parece que éramos absolutamente diferentes".

El rechazo de Lovelle viene determinado por los enfrentamientos que ha mantenido AP con el alcalde de dicha localidad orensana, Santiago Cid Harguindey, un hombre elegido por Coalición Galega y que ha secundado a Victorino Núñez en su nueva operación política.

Las relaciones entre Cid Harguindey y los aliancistas son particularmente tensas a raíz del intento de Cid Harguindey de construir, con el apoyo de la diputación, un polideportivo y abrir varias calles en una zona que, según la Xunta de Galicia, no cumplía los requisitos legales. La Consellería de Ordenación del Territorio advirtió a la Diputación de Orense y al alcalde de Verín que eran ilegales los acuerdos para construir en los terrenos previstos un polideportivo y realizar en sus inmediaciones obras de urbanización. Tanto la diputación como la alcaldía se negaron a acatar el requerimiento de la Xunta y ésta decidió ordenar la paralización de las obras. El conselleiro de Ordenación del Territorio, Ángel Mario Carreño, fue declarado persona non grata por el Ayuntamiento de Verín y su acuerdo obtuvo la solidaridad del presidente de la Diputación.

Ahora Carreño, que preside AP de Orense, Núñez y Cid Harguindey (que se encuentra procesado por desacato a la Xunta), están en la misma nave. La convivencia no le parece excesivamente difícil a Carreño: "Orense ha dado muestras de una visión política importante. Si alguien tiene que rectificar, ése no soy yo". Victorino Núñez tampoco ve problemas en la relación con sus nuevos socios: "En política hay personas que tienen que tragar sapos, pero si lo que está por delante es Galicia, no importan las disputas pasadas

Escepticismo aute la unión

Quienes ven con escepticismo esta unión son los rivales de Coalición Popular. Manuel Veiga, número uno del PSOE por Orense, vestido de Domínguez de arriba abajo, tras comentar que su partido pretende inculcar modernidad en este país atrasado, pronostica una ruptura de Coalición Popular en Galicia: "Son cuatro partidos que no se fian unos de otros. Se hacen la competencia entre ellos. Aun en el caso de que ganaran, tendrían que estar pactando con nosotros todos los días porque son incapaces de ponerse de acuerdo entre sí".Xosé Rodríguez Peña, secretario general de Coalición Galega y número dos en la lista orensana de esta fuerza política, asegura que en Coalición Popular está la dinamita que destruyó UCD, y a continuación aboga por un esfuerzo solidario, que rebaje la tensión entre los partidos, "porque en Galicia está casi todo por hacer".

Otro nacionalista, Alfredo Suárez Canal, que encabeza la candidatura del Bloque Nacionalista Galego, aunque ve posibilidades de recuperación para su partido, se muestra pesimista sobre lo que puedan deparar estas elecciones: "Creo que va a haber una abstención importante, porque la imagen de la derecha es penosa y la gente está desilusionada con el cambio que prometió el PSOE. En cuanto a Orense, a nivel industrial no hay expectativas y en el campo la situación es asfixiante".

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