El poder de la hoja de bacalao en Verín

Verín tiene aduana, pero por Verín no pasa el tren. Cuentan que los grandes caciques que dominaban la villa en los tiempos de la Restauración se opusieron porque la locomotora, como pensaba el poeta orensano Curros Enríquez, era "el Cristo de los tiempos modernos", el camino de la libertad y el progreso. La gente, entonces, trabajaba por una taza de caldo. Hoy día se ha demostrado que el caciquismo no es incompatible con la locomoción, ni tan siquiera con la informática; Verín está casi más cerca de Madrid que de La Coruña y al sur sigue limitando, con Portugal.

La frontera lo es casi todo para Verín. Lo que decida el primer ministro Aníbal Cavaco Silva en Lisboa sobre el escudo tiene una repercusión inmediata al sur de Galicia. Cada uno de los 2.000 portugueses que diariamente, en temporada normal, cruza la frontera, se lleva, como mínimo, una hoja de bacalao, enfundada bajo el brazo como una guitarra. Parece un cuento de niños. Pequeñas fortunas de Verín se hicieron vendiendo bacalao y dulces a los portugueses. El kilo de bacalao en Verín está a 620 pesetas, en Portugal a 780. Cada hoja de bacalao puede tener cinco o siete kilos. Natalia, una portuguesa casada a este lado de la frontera, que regenta el comercio más próximo a la raya, no sabe explicar la querencia de sus paisanos por el bacalao, pese a la carestía. Hay días que Natalia vende 100 hojas diarias. Otros comercios despachan mucho más.La ley de la frontera parece regir también la vida política en Verín. Por iniciativa del actual alcalde la anterior alcaldesa fue declarada en solemne sesión municipal "enemigo público número uno de Verín", al tiempo que al conselleiro de Ordenación de la Xunta, Angel Mario Carreño, se le condecoraba con el título de "persona non grata". El alcalde se llama Santiago Cid, elegido por Coalición Galega, y la ex alcaldesa, Mari Carmen Lovelle, de Alianza Popular. Ahora están, sólo en teoría, en las mismas filas. Cid es el lugarteniente de Victorino Núñez, el presidente de la Diputación orensana que se pasó con armas y bagajes a Coalición Popular. Pero lo de Santi Cid y Mari Carmen Lovelle es una historia de Capuletos y Montescos, sin Romeo ni Julieta. En Verín dicen que ni siquiera un milagro de San Martiño, que es el santo predilecto, hará que se den la mano. Como escribió el fallecido etriólo go verinés Xesús Taboada, estudiando la fiesta de carnaval, "el pasado no muere nunca".

El marido de Mari Carmen Lovelle, que también es senadora, figura como concejal de AP. Luis Fernández no fue al pleno en que condenaron a su mujer a los infiernos.

Luis, médico, tiene fama de ser una escopeta nacional. Recibió varios premios como cazador. Pertenece a una vieja dinastía, hasta el punto que el suegro de Mari Carmen Lovelle, un indiano, se reclama descendiente del virrey del Perú. Cid tiene fama de buen cazador y su familia es de las históricas, aunque las propiedades anden más repartidas.

La 'raya seca'

Fenómenos fronterizos como el contrabando han revolucionado la escala social, creando nuevas fortunas, erigiendo nuevos señores. La leyenda de la raya seca habla de unos burros especialmente educados para avistar a la Guardia Civil y huir con la carga. Desde pequeños, los animales eran golpeados delante de un uniforme verdeoliva para que luego actuara sobre ellos la psicología conductista.En el contrabando actual predominan los productos alimenticios, y también el ganado asnar y vacuno. Aquí entran terneras, que en Portugal no dejan sacrificar, y para allá vacas viejas, que allí subvencionan al morir. En una vertiente más peligrosa se advirtió a finales de los setenta un incremento en el comercio ilegal de armas y droga, pero se estima qué este tipo de tráfico ha ido a menos.

Entre Portugal y Galicia existe una relación de amor/odio que en la frontera se acentúa, quizá porque el gallego y el portugués del norte se saben hijos separados del mismo tronco. Todo cambia durante las ferias y fiestas. Los carnavales de Verín y los trasmontanos tienen el eco de un eterno retorno. Por unos días, loado sea el Meco (personaje del carnaval), el mundo se pone al revés.