_
_
_
_
_

30 delitos de falsedad y una plusvalía superior a los 2.000 millones de pesetas

El fiscal describe en su relato 30 operaciones ficticias mediante las cuales el Banco Coca vendió y recuperó sucesivamente, con una diferencia de muy pocos días, una serie de bienes cuya plusvalía superó los 2.000 millones de pesetas.El fiscal, Fernando Jiménez Lablanca, encuadra estas conductas en los artículos 302.4 y 303 del Código Penal, según los cuales comete el delito de falsedad el particular que falta a la verdad en la narración de los hechos "en documento público u oficial, o en letras de cambio u otra clase de documentos mercantiles".

Ventas simuladas

Según el relato del fiscal, el 1 de febrero de 1985, Juan Antonio del Río, en nombre y representación del Banco Coca y en escritura otorgada ante un notario de Madrid, vendió a José Ramírez unas fincas sitas en Alicante por el precio de 1.102.000 pesetas.

Más información
Los acusados de revalorización delictiva del Banco Coca siguen pendientes de juicio

El 4 de febrero, Ramírez, en escritura realizada ante un notario de Fuengirola, vendió dichas fincas a Antonia Vergara por el mismo precio. El 10 de febrero, la compradora, en escritura otorgada ante un notario de Málaga, volvió a vender tales fincas al Banco Coca, representado por José Luis Cuberta, al precio de 156 millones de pesetas.

Por idéntico procedimiento, participantes, itinerario y notarías, el Banco Coca vendió una dehesa en Cilleros (Cáceres) por 34.500.000 pesetas y pocos días después la recuperó al precio de 200 millones de pesetas.

Igualmente, con ligeras variaciones en los intermediarios, el Banco Coca vendió en 39.730.000 pesetas tres inmuebles sitos en Las Palmas de Gran Canaria y los recuperó poco después al precio de 150 millones de pesetas; en 15.333.500 pesetas un solar en Madrid, que recuperó por 160 millones de pesetas; en 11.734.900 pesetas un inmueble en Valencia, que después compró en 88 millones de pesetas.

Por el mismo sistema se vendieron en cuatro millones de pesetas sendos inmuebles de la Sociedad Roble, propiedad del. Banco Coca, que esta entidad compró después por más de 190 millones de pesetas.

El fiscal afirma que en ninguna de estas escrituras de compraventa hubo transmisión real de bienes ni entrega efectiva de dinero. Igualmente estima el fiscal que no hubo entrega material de títulos ni de precio en ninguna de las tres transferencias de acciones realizadas entre febrero y marzo de 1978 mediante pólizas intervenidas por agente de cambio y bolsa, por las que Ignacio Coca vendió y sucesivamente recuperó para el banco de su mismo apellido tres paquetes de acciones.

El marqués de Villaverde

Con las 400.000 acciones de Acerías y Forjas de Azcoitia, la plusvalía obtenida por el banco Coca fue superior a los 1.000 millones de pesetas; con las 20.000 acciones de Castelar, SA, la revalorización superó los 306 millones, y con las 45.000 acciones de Torcovir, SA, la revalorización aproximada en beneficio de dicho banco fue de 40 millones de pesetas.

El presidente de esta última sociedad, Torcovir, SA, era Cristóbal Martínez Bordíti, marqués de Villaverde y yerno del anterior jefe del Estado, y el vicepresidente, Ignacio Coca.

Según se publicó en septiembre de 1978, como consecuencia de la revalorización de la sociedad Torcovir, SA, cuyo capital social era de 45 millones de pesetas, el Banco Coca abonó a Cristóbal Martínez Bordíu 41 millones de pesetas, y a Ignacio Coca García, otros 31 millones de pesetas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_