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El Congreso de los Diputados aprueba la ley de Sanidad

Anabel Díez

El Congreso de los Diputados aprobó anoche la ley general de Sanidad con la oposición en algunos de sus apartados, no siempre coincidentes, de todos los grupos parlamentarios, a excepción del socialista. El ministro de Sanidad, Ernest Lluch, considera, no obstante, que esta ley "resulta globalmente aceptada" al recordar que tras de sí tiene tres años de conversaciones con todos los sectores implicados.

La ley consagra la atención sanitaria para todos los españoles y la inclusión en este régimen general de prestaciones hasta ahora inéditas como es la asistencia psiquiátrica. La libre elección de médico, aunque se reconoce como principio general, se pospone a un futuro desarrollo normativo.Todos los organismos y servicios públicos se reunifican en un único Sistema Nacional de Salud. La ausencia manifiesta de diputados, que no llegaban a 200 de los 350, impidió que pudieran ser votados determinados artículos para los que se requiere la mayoría absoluta, por lo que se traslada la votación al próximo martes.

En las casi 12 horas de debate que ocupó la discusión de esta ley, que tendrá que pasar ahora al Senado, con la ausencia de los miembros del Gobierno a excepción del titular de Sanidad, Ernest Lluch, se registraron pocos momentos de tensión dialéctica con la excepción de una súbita crispación protagonizada por el diputado popular Carlos Ruiz Soto. El evidente enfado de este portavoz iba destinado al socialista Ciriaco de Vicente. Ruiz Soto, médico de profesión, aprovechó todas sus intervenciones para realizar críticas globales a la ley. Uno de los puntos denostados fue la ausencia en esta regulación de la sanidad de la participación de los colegios médicos en los órganos de decisión sanitarios. "Tenemos que decir a la opinión pública la obcecación cerril de los socialistas, por su alergia a las batas blancas; no quieren contar con los conocimientos de los profesionales y esta ley no puede llevarse a cabo sin ellos", predijo Ruiz Soto. En repetidas ocasiones este portavoz insistió en la imposibilidad que tendrá el Gobierno en aplicar esta ley, que "nace muerta", dijo Ruiz Soto. Los socialistas estiman suficiente representación en el Sistema Nacional de Salud la presencia de las organizaciones empresariales y los sindicatos más representativos.

La movilidad del personal sanitario, en razón de las necesidades de la Administración fue también punto de encontronazo dialéctico. "Además de empobrecer a los médicos, que ya se sienten perseguidos, quieren moverles en caso de que a los directivos no les resulten agradables. Está claro que los sanitarios no se pueden fiar de los socialistas", dijo Ruiz Soto.

El portavoz del PSOE, Ciriaco de Vicente, contestó a todos los parlamentarios -Ana Gorroño, PNV; Josep Gomis, Minoría Catalana; Manuel Núñez, centristas; Horacio Fernández Inguanzo, Juan María Bandrés y Francesc Vicens, Mixto- en sus críticas al título tercero de la ley, referido a la financiación de la sanidad, que se mantiene básicamente por el sistema habitual de cuotas de trabajadores y empresarios, y a las diferentes formas de participación de clínicas privadas, por régimen de concierto, en el sistema público. "Usted pretende que se socialicen las pérdidas de las clínicas privadas, por eso pide la vinculación, es usted realmente estatalísta", dijo De Vicente a Ruiz Soto.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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