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Maniobras anteriores a la 'cumbre'

THE WASHINGTON POST

Los asuntos ordinarios de política exterior de Estados Unidos y de la Unión Soviética están paralizados. Estos días todo cae en la categoría denominada maniobras anteriores a la cumbre. Ronald Reagan y Mijail Gorbachov saben con toda seguridad que seguirá la vida política después de Ginebra, pero los dos están cogidos en la dinámica de la cumbre e intentan ganar lo posible allí y, al mismo tiempo, esquivar la crítica.Algunos temen que incluso un conservador como Ronald Reagan sea barrido por la cumbre, en un contexto en que va a verse sometido a presiones públicas y no igual éxito que su oponente sóviético y se vería forzado a hacer concesiones imprudentes. Ésta es la clásica crítica de Reagan al estilo de la distensión 1970. Por lo que se ve, es una locura sentir temor acerca de Ronald Reagan. Nunca ha abandonado la línea dura. ( ... ) Va a negociar con un duro adversario. ( ... ) Reagan no es considerado por todo el mundo capaz de serias negociaciones. Pero es interesante observar que los rusos parecen hacer sus preparativos para la cumbre contando con la premisa de su buena disposición. ( ... ) En un tema especialmente sensible para ambos países han llegado hasta admitir que su radar de Krasnoiarsk constituye una violación del tratado y exige una corrección.

El presidente Reagan dijo en una ocasión que la primera necesidad era plantear el problema de los derechos humanos regional y bilateralmente para eliminar la sospecha y la paranoia en las relaciones soviético-americanas. Al día siguiente se apartaba de este camino. Pero es difícil saber si puede hacerse de diferente forma. Es importante que planteen los problemas inquietantes que tan profundamente influyen en la concepción que tiene Estados Unidos sobre si, puede cooperar con la Unión Soviética y cómo. Es también esencial que no ponga obstáculos irracionales en el camino que lleva al control de armamentos, que constituye la base de los problemas soviético-americanos más urgentes políticamente y más abiertos a una negociación en este momento.

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Sobre el plan de control de armas de Gorbachov del mes de octubre, Reagan prepara la respuesta americana. Solamente las grandes líneas se han hecho públicas, pero un observador realista espera que pueda ofrecer a Moscú algunas nuevas aperturas y nuevas opciones.

Incluye, al menos, una iniciativa: abandono de los mísiles tierratierra, que ha provocado muchas críticas internas a Reagan. Nuestra esperanza se aferra a que tanto Reagan como Gorbachov no se liiniten a dar la simple apariencia de hacer las cosas bien, sino que lleven a Ginebra propósitos constructivos.

4 de noviembre

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