Xenakis clausura el Festival de Otoño de Madrid con una sinfonía de fuegos artificiales
El II Festival de Otoño de Madrid termina hoy, en la plaza de Las Ventas, con un espectáculo del músico lannis Xenakis, donde relaciona espacio, tiempo y sonido. Durante seis semanas, 200.000 espectadores han asistido a 160 representaciones de diferentes montajes, algunos de primera categoría internacional, como Mahabharata, de Peter Brook, o Articulaciones, sobre la ópera gigantesca CIVIL warS, de Robert Wilson. La media de asistencia a cada espectáculo fue de 1.200 personas, y el coste global, de 250 millones de pesetas, cifra que se espera recuperar en parte gracias a la taquilla.
lannis Xenakis actúa esta noche por primera vez en un ruedo, en la plaza de toros de Las Ventas, de Madrid, donde ofrecerá su Sinfonía pirotécnica, un espectáculo en el que también interviene Pierre Alain Hubert, pirotécnico francés, que dará luz a la partitura musical Diatope, con la que Xenakis clausura el 11 Festival de Otoño de Madrid.Xenakis, rumano de origen griego y nacionalizado francés, de 63 años de edad, combatiente de la resistencia, amante de la naturaleza, arquitecto y matemático, es uno de los fenómenos más interesantes de la música contemporánea europea desde que, en 1953, comenzara a perfilar su concepto de la relación entre espacio, tiempo y sonido. Durante años sus creaciones musicales fueron puestas en tela de juicio, pero ahora Xenakis ocupa un destacado lugar en la vanguardia.
Xenakis llega a Francia de forma clandestina en 1947 gracias al Partido Comunista Italiano. Atrás dejaba el horror y la muerte. Luego llegó al marxismo. "Era una época en la que había una primera tentativa de organizar la sociedad, y el marxismo se me aparecía como una suerte un poco bizarra de platonismo"
En 1978- acude por primera vez a España, al Festival de Música de Barcelona, y en otras ocasiones ha venido a recorrer las costas. En su tiempo libre se refugia en el campo: "Tengo una relación especial con la naturaleza, la amo mucho. Es por ello que desde hace muchos años practicamos mi mujer y yo deporte con una canoa y desde hace más de 30 años veraneamos en camping".
Desde muy joven se divertía escuchando grillos, pájaros. "El viento -siempre recordé que Debussy dijo en una ocasión que el viento era la voz que hablaba de los hombres-, los rumores del mar... eran sonidos que me producían las sensaciones más extrañas y nunca hubiera pensado que eran sonidos musicales. Mucho después he podido comprender y apreciar la música de aquellos fenómenos, o el de las grandes manifestaciones de la resistencia cuando avanzábamos de una forma rítmica."
En 1953, en un Congreso Internacional de Arquitectura tuvo su primera experiencia al relacionar entre sí el espacio, el tiempo y el sonido, y a partir de ahí empezaron sus trabajos en este campo. Para Xenaquis, el carácter abstracto del lenguaje musical nos permite conocer, profundizar en el pensamiento del hombre.
"Dentro de la música está todo. Remontándonos a los orígenes, la música ha estado guiada desde el punto de vista matemático, como en el caso de Bach. No ocurre lo mismo en el siglo XIX, donde se mantienen separados música y matemáticas, volviendo a producirse un encuentro en nuestro siglo, donde yo soy uno de los pioneros en este reencuentro, puesto que he introducido la teoría de las probabilidades. Actualmente es indispensable esta fusión a causa de la presión de la tecnología de los nuevos ordenadores".
Como creador tiene una concepción especial de la belleza y la estética. "Yo creo que el hombre medio es creador. La creación es una característica de la vida y del universo. Creación quiere decir diferencia, cambio. El hombre medio también es creativo, aunque las condiciones sociales, la familia, etcétera, le impidan ejercer su creación. El acto creativo no es propiedad de una elite".
Xenakis es un luchador, un combatiente político e ideológico. En un momento en el que ha llegado la democracia institucionalizada al mundo occidental, piensa que es no éste el sistema por el que había luchado.
"El Tercer Mundo tiene muchas dificultades, aún existen situaciones retrógradas, totalitarismos. Según mi opinión, es necesario para la supervivencia de los pueblos, no cabe duda, una armonía completa con su propia definición de seres humanos". La estética y la belleza para Xenakis es algo indefinible. "Pienso que es todo aquello que es diferente".
La pasión por la música
Xenakis abandonó la militancia desde hace tiempo. La pasión por la música le hizo tomar una opción. "Hace mucho que políticamente yo no tengo mis armas en la mano. Cuando era joven tuve que decidir entre la política o seguir en algo mucho más difícil y fundamental para mí, que es la música. Me decidí por la música. Toda mi vitalidad la vuelco en la composición musical. Las cuestiones políticas han sido relegadas, pero no se puede hacer todo".
La seriedad que siempre se achaca a Xenakis no asoma en ningún momento. Hay una sonrisa continua en su expresión y una actitud física que desprende humanidad, esa humanidad a la que Xenakis quiere pertenecer: "Yo no soy ni rumano, ni griego, ni francés; soy del planeta. Sobre todo en estos momentos. Porque el hombre es el mismo de aquí que de las antípodas".
Una composición en luz y sonido
Diatope o La leyenda d´Er es el nombre que recibe la partitura musical que ofrece el compositor lannis Xenakis en un espectáculo sin precedentes, en colaboración con el pirotécnico francés Pierre-Alain Hubert, que esta noche (22.30 horas) clausura el II Festival de Otoño en la plaza de toros de Las Ventas, donde se espera que, en contra de lo que ha venido sucediendo a lo largo del festival, el público no tenga problemas a la hora de conseguir entradas, dado el aforo de Las Ventas, donde se representará ésta curiosa Sinfonía pirotécnica. Es un gran espectáculo para un festival que ha sido en sí mismo un espectáculo continuado a lo largo de seis semanas.El responsable de la partitura pirotécnica, a la que llama Epure pour cent milliards d´étincelles, es Pierre-Alain Hubert, un hombre que ha construido castillos de fuegos artiticales en todo el mundo, asombrando siempre por su estilo particular, bastante parecido al japonés, ya que fue en aquel país oriental donde Hubert se formó en el arte de la pirotecnia.
La partitura musical de Xenakis es una última fase de la- búlqueda específica que este músico ha llevado desde 1958 para fundir música, artes visuales, ciencia, arquitectura, cibernética, informática, matemáticas, en un esfuerzo de desvelarniento y cambio de los cuadros mentales habituales.
Acontecimiento
Diatope es un encargo que el Centro Georges Pompidou hizo a Xenakis y que éste estrenó en la plaza del centro en 1978. El espectáculo prefigura una nueva generación de acontecimientos multimedia automatizados, que Todean al espectador por todas partes. Es una composición en arquitectura, luz y sonido, en la que cada disciplina, cada dimensión, ha sido tratada como entidad independiente, con su individualidad propia, pero al mismo tiempo como uno de los elementos de la síntesis con todas las interacciones que intervienen, luz-sonido, sonido-arquitectura, etcétera. De este modo, mientras que los espectáculos anteriores habían sido concebidos para un determinado decorado, Xenakis ha formulado por primera vez una arquitectura propia para un esp ectáculo independiente, abstracto, total.
En otras ocasiones, el compositor Xenakis ha iluminado su espectáculo con rayo laser y flashes electrónicos. Para Madrid prueba como experiencia los fuegos de artificio que incorpora el pirotécnico Hubert.
Xenakis declara amar especialmente la luz. "Puedo decir que todo lo que he hecho estos años con la luz es una transferencia desde la música de sonido a la música de luz. Las técnicas de composición que yo empleo han sido posibles también dentro de la luz, para, hacer cosas, como con el laser o con los flashes electrónicos, son aplicaciones tecnológicas que no son simples".
Equilibrio
"Por eso", añade, "cuando me preguntaron en el Festival de Otoño de Madrid si yo quería tocar mi música junto con la creacíón de Hubert he aceptado gustoso, ya que me ha parecido una experiencia muy interesante. No obstante, hay que dejar claro que la música que tocaré no es de acompañamiento. La música se oye fundamentalmente, aunque se pueda sentir también a traves de los ojos. Es una suerte de equilibrio".
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