Sanciones simbólicas de la Commonwealth contra el régimen de Suráfrica
Los máximos dirigentes de los países de la Commonwealth, cuya conferencia bianual se clausura hoy en las Bahamas, han aprobado un paquete de sanciones mínimas contra Suráfrica al tiempo que han apelado al régimen de Pretoria para que desmantele el sistema de apartheid, proceda al levantamiento del estado de emergencia, legalice los partidos políticos y libere "inmediatamente y sin condiciones" al líder nacionalista negro, Nelson Mandela.
Los jefes de Gobierno de los 49 países de la Comunidad Británica de Naciones, que representan a una cuarta parte de la población mundial, han contraído igualmente el compromiso de adoptar unas sanciones económicas más duras si en el plazo de seis meses no se ha producido "un progreso considerable" en la situación interna de Suráfrica. Estas nuevas medidas endurecidas serán voluntarias. Fuentes de la delegación británica se han apresurado a manifestar que es muy dudoso que Londres acceda a participar en ellas.
[El presidente de Suráfrica, Pieter W. Botha, rechazó anoche las propuestas de la Commonwealth y declaró que su Gobierno está negociando con dirigentes negros. Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores, Pik Botha, repitiendo la posición del Gobierno, que rechaza las presiones extranjeras de reforma, declaró que son los propios surafricanos quienes han de diseñar un sistema que aporte la paz.]
Tras una intensa negociación a lo largo del fin de semana, la conferencia ha elaborado una fórmula de compromiso para evitar una embarazosa ruptura entre el Reino Unido y el resto de los países de la Commonwealth como consecuencia de la Obstinada negativa de la primera ministra, Margaret Thatcher, a adoptar sanciones sustanciales.
Evitar el fracaso
Los arquitectos de la fórmula de compromiso fueron los primeros ministros de la India, Rajiv Gandhi, y de Canadá, Brian Mulroney, que, después de dos reuniones con un total de seis horas con Thatcher, lograron que la dirigente británica aceptase un paquete de medidas limitadas, de poca influencia en el comercio anglo-surafricano, pero que han servido para que la conferencia no haya terminado en un rotundo fracaso.Las medidas son: prohibición de nuevos créditos gubernamentales a Suráfrica, prohibición de la venta de krugerrands en los países de la Commonwealth, negativa de créditos oficiales para patrocinar ferias o exposiciones comerciales, prohibición de venta de tecnología militar, nuclear y de ordenadores y suspensión de la cooperación militar con Pretoria. En realidad, muy poco, ya que la práctica totalidad de los países de la Commonwealth aplicaba ya estas medidas.
[En Suráfrica murieron ayer dos negros, uno a manos de la policía y otro asesinado por personas de su propia raza, en nuevos disturbios declarados en Ciudad del Cabo. Por otra parte, comenzó ayer el juicio contra 16 dirigentes de grupos antiapartheid, acusados de alta traición y que pueden ser condenados a la pena capital, informa la agencia Reuter.
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