Muy diferentes, pero con puntos en común
Torrejón de Ardoz (Madrid) y Zaragoza son, según coinciden fuentes diplomáticas y de la Administración española, las dos bases sobre las que el Gobierno pretende aplicar el punto tercero del decálogo de seguridad y defensa expuesto por el presidente Felipe González hace un año. Aquel punto hablaba de "proceder a un ajuste en la dirección de una progresiva menor presencia de fuerzas (estadounidenses) en nuestro territorio y de instalaciones de apoyo, de acuerdo con nuestros intereses nacionales". Las bases de Torrejón y Zaragoza tienen en común que se hallan muy cerca de grandes núcleos urbanos y cuentan con una activa oposición de amplios sectores de las poblaciones que habitan en sus cercanías. Desde el punto de vista militar, las dos instalaciones son, en cambio, muy diferentes.Entre sus actividades principales, según las define el convenio hispano-norteámericano del 2 de julio de 1982, Torrejón y Zaragoza -como las otras dos grandes bases de Morón y Rota- cuentan con "servicios de apoyo y mantenimiento para las unidades, aeronaves y personal temporal destinado y en tránsito". Pero Zaragoza tiene sobre Torrejón la función añadida de ser el lugar de entrenamiento de un ala de 48 aviones tácticos de caza y base, además de cinco aviones cisterna para el abastecimiento de combustible en vuelo.
Las funciones de entrenamiento y abastecimiento en vuelo que posee Zaragoza son las que plantean más dificultades frente a la definición del papel de la cooperación hispano-norteamericana en la defensa europea y occidental, tema éste sobre el que versarán las primeras conversaciones que se iniclan mañana. El Gobierno español aún no tiene elaborada su doctrina de cómo piensa cooperar en la defensa de Occidente si, como está previsto en el decálogo, se mantiene al margen de "la estructura militar integrada de la OTAN".
Doctrinas contrapuestas
La doctrina elaborada por los expertos del Ministerio español de Asuntos Exteriores -con la que no coinciden expertos del Ministerio de Defensa-" considera que uno de los parámetros, que definirían la integración militar sería la disposición española a prestar su colaboración logística o de entrenamiento a las fuerzas de la OTAN. El interés de Estados Unidos por la base de Zaragoza reside, precisamente, en las disponibilidades que estas instalaciones ofrecen en este sentido.
Otros países de la OTAN -Alemania Occidental especialmente- apoyan buena parte de su interés en la cooperación militar española con la Alianza en las facilidades que España puede tener como territorio de maniobras y pruebas de armamento: la existencia de terrenos desérticos y el gran número de horas de sol hacen del territorio español un solar apropiado para este tipo de maniobras.
Otra base, la de Morón de la Frontera (Sevilla), tiene también una importante función logística. Esta base dispone de 15 aviones cisterna para abastecimiento en vuelo -tres veces más que la de Zaragoza-, pero no parece que el Gobierno trate de aplicar sobre ella sus deseos de reducción.
Por lo que respecta a la base de Torrejón, su existencia está fundada en la presencia de un ala de caza táctica, compuesta por 79 aviones cazabombarderos; buena parte de ellos del tipo F-16. Su pista -con más de 4.000 metros de longitudes la más larga de todas a las que Estados Unidos tiene acceso en Europa, y en ella pueden aterrizar y despegar todo tipo de aviones. La españolización de esta base es menos problemática que la de Zaragoza, según los cálculos hechos por el Gobierno español. Estos cálculos radican en el hecho de que, hace casi 10 años, Estados Unidos ofreció retirarse de ella y fueron los militares españoles los que se opusieron. Los problemas, en este caso, además de técnicos, serían, económicos.
La base de Torrejón es la de más costoso mantenimiento de las cuatro grandes instalaciones que Estados Unidos utiliza en España: de los 69 millones de dólares (más el 11 . 000 millones de pesetas, al cambio actual) gastados por ese país en el mantenimiento de sus bases en España en 1984, 36 millones (más de 4.500 millones de pesetas) fuero a parar a Torrejón. Cálculos del Misterio de Exteriores elevan hasta unos 8.000 millones de pesetas anuales el precio que España te dría que pagar por la completa españolización de esta base.
