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ARTE ESPAÑOL EN BÉLGICA

Música difícil

Los reyes de España asistieron anoche a un concierto de la Orquesta Nacional en el teatro Koningin Elisabethzaal, de Amberes, dirigido por uno de sus titulares, Jesús López Cobos, con un programa de obras de Rodrigo, Arriaga y Falla. En torno al concierto se organizó una auténtica picaresca, pues el aforo del teatro es pequeño y no hubo manera de responder a la demanda de entradas de los periodistas que tenían intención de cubrir el acto.Al parecer, a última hora hubo que recuperar algunas entradas ya vendidas, para poder dejar entrar a los servicios de seguridad de las personalidades, si bien este extremo no pudo ser comprobado ayer en Amberes. Minutos antes de comenzar el concierto, ni un solo periodista español disponía de una entrada y se hacían todo tipo de planes para colarse entre los tambores de los músicos de la Orquesta Nacional.

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Esta apretada situación refleja una de las realidades más evidentes de la gran exposición que se desarrolla en Bélgica, cual es la búsqueda del máximo rendimiento económico del arte disponible. Son muy escasos los actos gratuitos y por lo general los precios son altos para medidas españolas: entrar al concierto de anoche en Amberes podía costar hasta 650 francos (unas 1.800 pesetas); a la exposición de ayer tarde, 200 francos (600 pesetas), los dos volúmenes del catálogo, 950 francos (casi 2.600 pesetas).

Ocurre que aunque algunas pocas exposiciones son gratuitas, como la dedicada a la obra arquitectónica y artística de Gaudí, en otras el precio es alto para un espectáculo que, aunque magnífico, es breve, como la exposición de los beatos.

A ello se une la gran cantidad de espectáculos y exposiciones -los coloquios son gratuitos-, de forma que un recorrido más o menos completo por Europalia supone un presupuesto elevado para el visitante.

Otro inconveniente -cometido a conciencia en aras de la descentralización en el más federal de los países federales- es la dispersión, por culpa de la cual una exposición que agrupa a los pintores Pablo Picasso, Salvador Dalí y Joan Miró, se encuentra en una pequeña ciudad belga, Charleroi, y una notable de arquitectura española contemporánea, abierta hace sólo dos días, se encuentra más o menos inadvertida en la localidad de Hasselt.

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