La Iglesia nicaragüense teme el estado de emergencia sandinista
La ampliación de las disposiciones del estado de emergencia en Nicaragua permite a los sandinistas la utilización de medidas represivas, que se pueden orientar, sobre todo, a los sectores sociales movilizados por la jerarquía católica, que teme el estado de emergencia, y también contra posibles brotes de descontento laboral. La declaración de emergencia se produjo en Nicaragua cuando la situación militar, la lucha contra la contra, había tomado un giro favorable a los sandinistas. La impresión más extendida en Managua es que el recurso a las medidas de emergencia responde a la necesidad de combatir la oposición interior al régimen y, en mucho menor grado, a las necesidades de la guerra.
El primado de Nicaragua, cardenal Miguel Obando Bravo, se ha convertido en paladín y catalizador de la oposición, especialmente desde que, a su regreso de Roma con, el capelo cardenalicio, el pasado mes de junio, delebró en Miami (Estados Unidos) su primera misa para los exiliados nicaragüenses. Su posterior, llegada a Managua se convirtió en una de las manifestaciones mayores de la historia del país.El enfrentamiento abierto entre los sandinistas y la jerarquía católica ha sido comparado por algunos en Managua con la situación de Polonia. En torno a la figura de Obando se ha formado una oposición que preocupa al Gobierno. Las giras del cardenal por todo el país se presentan como una amenaza. Con el estado de emergencia ampliado, el Gobierno sandinista tiene la posibilidad, legalizada, de impedir que las reuniones del cardenal con los fieles degeneren en un peligro político para la estabilidad del sistema.
Para el próximo año, la Iglesia de Nicaragua proyecta la celebración de un congreso eucarístico, que podría servir como instrumento para conseguir llenar los seminarios de aspirantes a sacerdotes, que estarían libres de cumplir el "servicio militar patriótico". En un momento en que Nicaragua ha introducido el servicio militar obligatorio y la llamada a filas equivale a ir a la guerra, la posibilidad de librarse en el seminario puede resultar atractiva para muchos jóvenes.
El régimen sandinista ha dejado entrever que está dispuesto a emplear los recursos del estado de emergencia, en caso necesario, contra las actividades de la Iglesia y problablemente, contra los órganos de expresión próximos a ella. Un semanario, Iglesia, editado por el episcopado y que iba a circular por todas las parroquias del país, fue secuestrado antes de su salida el pasado día 12. Tres días más tarde, los organismos de seguridad intervinieron las oficinas de la Comisión de Promoción Social de la Iglesia (Coprosa).
En declaraciones al diario de oposición La Prensa, que fueron censuradas, Bismarck Carballo, portavoz de la jerarquía y estrecho colaborador del cardenal Obando, se quejó de haber sido maltratado verbalmente. Según la información censurada, el jefe de la Dirección General de Seguridad del Estado, Lenin Cerna, recibió a Bismarck Carballo con la frase: "Vos, hijo de la gran p..., me la debés y me las vas a pagar".
En un comunicado, el Ministerio del Interior advirtió que "el señor Carballo se ha negado sistemáticamente a acatar las disposiciones de la Dirección de Medios de Comunicación en lo referente a las transmisiones de la radioemisora de la cual es gerente". En otro punto, el comunicado del Ministerio dice: "El señor Carballo ha manifestado públicamente, según versión de cables internacionales, que nuestras autoridades ocuparon una oficina de la curia arzobispal, información irresponsable que es una mentira deliberada para confundir a la opinión pública internacional y en armonía con la clara decisión de un sector eclesiástico politizado de enfrentarse a la revolución".
Al mismo tiempo, la emisora Radio Católica lanza por onda media a todo el país cuñas publicitarias con la frase: "Todos los católicos tenemos que escuchar la voz del cardenal Miguel Obando. Aceptar a Cristo exige aceptar las enseñanzas del Papa y los obispos". También de cuando en cuando la voz del Papa surge en medio de la música para condenar las "ideologías materialistas, sean de cualquier tipo, que sofocan en el ser humano su dimensión trascendente".
El diario oficial sandinista Barricada insiste en, emplazar a Obando para que definía su actitud ante la guerra y se pregunta: "¿Por qué el cardenal permite que la guardia (somocista) manosee a Dios?" y mete al cardenal en el mismo cesto que la contra y el imperialista Ronald Reagan. Los frentes están claros en Nicaragua, donde los sandinistas parecen haber identificado a su principal enemigo en el interior del país en la persona de Obando y su poder de convocatoria.
Sindicalismo de izquierda
Otro de los sectores afectados por el estado de emergencia es el sindicalismo de izquierda, al margen de la Central Sandinista de Trabajadores (CST). El dirigente sindical del Partido Socialista (de orientación marxista-leninista), Alejandro Solórzano, se declaró en huelga de hambre para exigir el pago de una paga extraordinaria completa en Navidad a los trabajadores. Los de la construcción habían organizado una marcha pacífica hasta la Asamblea Nacional, el pasado martes, para dar fuerza a sus reivindicaciones del salario 13. La policía detuvo a Solórzano, que quedó detenido tres días y fue puesto en libertad el pasado viernes.Para prevenir posibles brotes de descontento entre los obreros, y a medida que la situación económica se deteriora, el estado de emergencia da a la dirección sandinista instrumentos capaces de abortar posibles focos de protesta.
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