La televisión fomenta el analfabetismo funcional, afirman especialistas en nuevas tecnologías
La televisión es el medio que mayores consecuencias negativas puede tener sobre la audiencia; incluso ayuda a fomentar el analfabetismo funcional (personas que han aprendido a leer y escribir pero que en la práctica no saben utilizar estas facultades), según se puso de manifiesto en el simposio internacional sobre La revolución informática y los medios de comunicación, clausurado ayer en Madrid por el ministro de Cultura y portavoz del Gobierno, Javier Solana.
Frente a los que sostienen que estas consecuencias podrían evitarse sólo con apagar el televisor, Javier Solana defendió la responsabilidad que tienen los productores y programadores de los contenidos de este medio frente a unos públicos que demandan del mismo unas funciones de educación.El debate en torno a la televisión se abrió en relación con unas estadísticas presentadas el día anterior por el profesor norteamericano Gerald Goldhaber. Los últimos estudios sobre consumo de televisión en Estados Unidos señalan que los niños de este país han visto durante el bachillerato 15.000 horas de televisión, lo que equivale a haber gastado entre 7 y 8 horas diarias delante de la pantalla. En todo este tiempo, que supera prácticamente al de horas lectivas en el colegio, los escolares han visto 350.000 anuncios.
Pero las consecuencias de la utilización de la televisión no quedan ahí. Algunos especialistas estiman que el hecho de que en los Estados Unidos existan 40 millones de adultos que son funcionalmente analfabetos va unido al consumo de televisión y al uso de otras modernas tecnologías de comunicación.
Por estos mismos motivos muchos estudiantes llegan a la universidad sin que hayan escrito nunca ni siquiera una carta. En contrapartida la televisión ha ganado credibilidad sobre la Prensa, como lo demuestra el hecho de que el 65% de la población de los Estados Unidos creía más en Walter Cronkite, antiguo presentador de un servicio de noticias de la CBS, que en Dios.
Apagar el televisor
El norteamericano Edward Hanna, productor de programas de televisión, dijo que la única opción que existe frente a la invasión de mensajes televisivos es apagar e televisor (esta medida también Ia extendió para los europeos cuando se sienten amenazados por el bombardeo de programas norteamericanos). La misma medida cabía plantearse frente a los programas donde aparecen escenas de violencia. "Si los televidentes piden violencia, habrá que darles el tipo de programas que quieran. Ante esto el único recurso que cabe es no dejar que los niños vean este tipo de programas".
El ministro de Cultura y portavoz del Gobierno, Javier Solana, discrepó abiertamente dé esta postura y se refirió a la responsabilidad de los productores y programadores del medio televisión precisamente en una época, la nuestra, en la que la educación no se imparte sólo en la escuela sino también a través de los medios de comunicación y muy especialmente a través de la televisión. Javier Solana se refirió también a las transformaciones que están introduciendo las nuevas tecnologías, sobre todo en el tiempo libre.
En este tercero y último panel sobre Impacto de la revolución informática en los sistemas de difusión de la información, moderado por el periodista Miguel Ángel Aguilar, fueron analizados temas específicos del tratamiento informático del color (Antoni Casas, de El Periódico), de los problemas de diseño y de márketing (Reinhard Gáde, diagramador alemán), así como temas de carácter más general sobre consecuencias de las nuevas tecnologías que fueron presentados por Alfons Quintá, ex director de TV3; Robert Graham, del periódico The Financial Times; Ignacio Oyarzábal, director de Investigacíón y Desarrollo de Espasa Calpe y por Carlos Moya, catedrático de la Complutense.
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