Los polacos eligen el domingo su primer Parlamento desde la crisis de 1981
El domingo se celebran en Polonia las primeras elecciones parlamentarias desde que, en diciembre de 1981, el general Wojciech Jaruzelski impuso la ley marcial e ilegalizó al movimiento sindical independiente Solidaridad. Los comicios se celebran con año y medio de retraso sobre el calendario legislativo previsto, debido a que el propio Sejm (Parlamento) acordó en la primavera de 1984 prolongar su mandato. El régimen no consideraba entonces suficientemente estabilizada la situación en el país tras la grave crisis que atravesó desde 1980.
Las elecciones se han convertido en una prueba de fuego para el proceso de normalización. impuesto por el Gobierno polaco tras la declaración de la ley marcial. La oposición, a través de los órganos clandestinos de Solidaridad, ha hecho un llamamiento a la población para que no acuda a las urnas de esta farsa electoral. En un comunicado firmado por un centenar de dirigentes del sindicato ilegal se afirma que al prohibir la actual ley electoral la presentación de candidaturas que no hayan sido aprobadas por el Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), y dada la falta de transparencia en el escrutinio de los votos, las elecciones no tienen valor democrático alguno.El que fuera máximo, dirigente del sindicato, Lech Walesa, también anunció que no acudirá a las urnas y que espera que "la mayoría" de sus compatriotas secunden su postura.
El Gobierno del general Jaruzelski ha hecho grandes esfuerzos por conseguir que el domingo se registre una amplia participación electoral, que interpretaría como un importante paso hacia la normalización política, y como un fracaso de las fuerzas de la oposición.
En Nueva York, mientras asistía a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el general Jaruzelski hizo unas declaraciones al diario The Washington Post, en las que sugería que un alto porcentaje de participantes en las elecciones permitiría al Gobierno plantearse la posibilidad de conceder una amnistía a los cerca de 300 presos políticos que hay actualmente en Polonia. Esta declaración, que no fue publicada en Polonia, fue calificada por Walesa como "vulgar chantaje de una minoría a la mayoría".
El general consideraba en sus declaraciones que el resultado que permitiría este tipo de concesiones y que, por tanto, el régimen considera el máximo alcanzable se sitúa entre el 75 y el 80 por ciento.
Círculos diplomáticos polacos consideran que si acude un 65% de la población a votar, el Gobierno puede darse por satisfecho.
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