Derechos humanos para todos
En la primera Página de EL PAÍS del domingo 6 de octubre corriente, leo con agrado que la URSS, de acuerdo con EE UU, pondrá en libertad y autorizará la salida del país a Andrei Sajarov y Anatoli Charanski, dos destacados miembros del movimiento de defensa de los derechos humanos en la URSS; en el citado acuerdo se estudiarán las contraprestaciones que Washington está dispuesto a ofrecer.Me congratularía mucho que en ese acto de reciprocidad, por parte de Estados Unidos, se incluyese la libertad del dirigente del Movimiento Indio Norteamericano, Leonard Peltier, condenado a dos cadenas perpetuas por una acusación totalmente falsa, quien últimamente estaba preso en el hospital de la penitenciaría, de régimen rigurosísimo, en la ciudad de Springfield, adonde fue trasladado después de una huelga de hambre de un mes, que había declarado en una celda de castigo de la penintenciaría Marion.
Dos gruesos volúmenes se han escrito sobre las vejaciones judiciales de las que fue objeto Peltier. Numerosas organizaciones internacionales exigen su libertad. Diversos premios Nobel han enviado al presidente de EE UU peticiones y protestas. Nada se ha conseguido.
Estimo que los derechos humanos deben ser iguales para todos los integrantes de la humanidad; ya que los mismos, por brotar de la persona humana, son universales, inviolables e inalienables.-
