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Tropas sirias entran en Trípoli para consolidar el alto el fuego

Las tropas sirias entraron ayer sin incidentes en Trípoli, el puerto al norte de Beirut devastado por tres semanas de intensas batallas, para consolidar el alto el fuego acordado el viernes en Damasco. Mientras tanto, en Beirut continuaron los bombardeos de artillería iniciados el sábado y que ya han producido ocho muertos en dos días.

En Trípoli, tanto las milicias prosirias, que atacaban la ciudad, como los integristas del Movimiento de Unificación Islámico (MUI), que la defendían, entregaron Ias armas al Ejército sirio, en lo que parece ser el fin de las hostilidades en la ciudad. Milicianos del MUI fueron dejando sus armas apiladas en las aceras ante el paso de los sirios, que las iban recogiendo, según relata un corresponsal de la agencia France Presse. Los milicianos atacantes no entraron con los sirios.El pacto de paz suscrito el viernes en Damasco incluye todas las demandas sirias para pacificar Trípoli, y marca el fin del dominio del MUI en la ciudad, que impuso durante dos años las leyes islámicas en el lugar. Durante la batalla, unos 500.000 de los 700.000 habitantes de Trípoli huyeron hacia otras zonas, mientras la ciudad era destrozada por disparos de obús.

Dudas sobre los rehenes

La paz en Trípoli podría representar el fin del secuestro de tres de los cuatro funcionarios soviéticos secuestrados el lunes en Beirut por un grupo islámico, que exigió el término del asedio a ese puerto como condición para liberar a sus rehenes. Uno de ellos, el secretario consular de la Embajada Arkadi Katkov, fue asesinado el miércoles por sus captores y su cuerpo fue trasladado ayer desde Beirut a Moscú, vía Damasco, donde era esperado por su viuda y una hija del matrimonio.

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Sin embargo, analistas políticos en Beirut dijeron tener dudas sobre la inminente liberación de los tres funcionarios restantes y sugirieron que el caso podría complicarse, como ocurrió con seis norteamericanos y cuatro franceses secuestrados por grupos radicales musulmanes por más de un año y medio.

El líder shií, Nabih Berri, expresó ayer dudas incluso de que los soviéticos hubieran sido secuestrados a causa de la situación en Trípoli, y mencionó la posibilidad de que el secuestro se deba al intento de forzar el traslado de la sede diplomática soviética del sector oeste, dominado por los musulmanes. Fuentes de las milicias musulmanas dijeron, por su parte, que el secuestro tal vez estuvo planeado desde mucho tiempo antes y que los combates en Trípoli fueron usados como pretexto.

Mientras tanto, la policía en Beirut seguía buscando sin resultados el cadáver del diplomático norteamericano William Buckley, cuya ejecución fue anunciada el viernes por la Yihad Islámica (Guerra Santa). La cadena de televisión norteamericana National Broadcasting Corporation (NBC) dijo, ayer, basándose en fuentes del espionaje norteamericano, que, en realidad, Buekley fue asesinado hace dos meses. La NBC agregó que la Yihad Islámica no anunció su muerte hasta el viernes debido a que estaban esperando una buena oportunidad, que se produjo la semana pasada con el ataque israelí al cuartel de la Organización para la Liberación de Palestina en Túnez.

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