Els Comediants abrirán la temporada del Centro Dramático Nacional

Lluís Pasqual , director del Centro Dramático Nacional (CDN), presentó ayer en Madrid el balance de la temporada anterior y la programación prevista para 1985-86. La presente temporada, que será abierta el 1 de noviembre por la compañía catalana Els Comediants, con su último espectáculo Alè, es considerada por Pasqual como una nueva etapa para el equipo que ha regido el Centro Dramático Nacional durante los últimos dos años."Esta nueva etapa", comenta Pascual, "tratará de consolidar los criterios de actuación de un teatro público que hemos llevado a cabo durante las dos temporadas anteriores y de corregir los defectos que una institución con carácter estatal conlleva muchas veces y que no por ello debe permitirse". Para Lluís Pasqual los dos puntos imprescindibles que deben seguir son la voluntad de servicio hacia el público recogiendo sus deseos y ansias teatrales, y la creación de una infraestructura suficiente que pueda convertir al CDN en un laboratorio de creación de actividades teatrales.

Tras la actuación de Els Comediants, se presentará de nuevo El veneno del teatro, con texto de Rodolf Sirera, que apenas se pudo ver unos días en la temporada 83-84 con un aforo del cien por cien de ocupación.

Años de Lorca

El siguiente bloque de la programación girará en torno al cincuentenario de la muerte de Federico García Lorca, que al igual que otras instituciones teatrales, es recogido por el CDN. El amor de don Perlimplin con Belisa en su jardín, Quimera, y El público, serán puestas en escena para el teatro; habrá un recital concierto espectáculo, Los sonetos del amor oscuro, y muchos otros actos que se agruparán bajo el título de Los caminos de Federico.Lluís Pasqual informó que el motivo del retraso en el comienzo de la temporada se debe a las obras realizadas en el María Guerrero por motivos de seguridad. "De hecho, estábamos trabajando sobre un polvorín que podía estallar en cualquier momento. Las barandillas del teatro podían llegar a herir a los espectadores en su caída y las calderas sufrían desperfectos capaces de provocar problemas que entrañaran peligro".

Preguntado Lluís Pasqual acerca de la posible querella presentada al Centro Dramático Nacional por dos actores que tenían que haber intervenido en el montaje de El caballero de Olmedo, éste declaró que no estaba al tanto, pero que eran cuestiones administrativas que estos actores deberían resolver y estar en pleno derecho si así lo creían. Su montaje hubiera absorbido, añadió, la mitad del presupuesto del Centro Dramático Nacional.