Bellas Artes recupera la tradición de su examen de ingreso
El antiguo y un tanto mítico examen de ingreso en las escuelas de Bellas Artes desapareció cuando se convirtieron en facultades universitarias. Profesores y alumnos coinciden en que su supresión resultó muy negativa. La facultad de Madrid recupera en estos días la tradición de este examen, que, si un día resultó criticado por su trasnochado academicismo, después fue añorado por las nuevas promociones de estudiantes, a quienes escandalizaba que la selección dependiese de las calificaciones de un bachillerato en el que la formación artística brilla por su ausencia.
A la espera de que se regule con carácter general el procedimiento de acceso a la Universidad, este curso se ha autorizado a las facultades de Bellas Artes a realizar una prueba específica de ingreso. La puntuación obtenida habrá de sumarse a la alcanzada en el examen general de acceso a la Universidad, conocido como examen de selectividad. La calificación media de ambas notas será el criterio decisívo.Varios miembros del tribunal que va a juzgar los exámenes de la facultad madrileña coinciden en señalar que es la solución más justa: "Mejor que la del examen único del centro, como sucedía antiguamente, porque ignorar por completo el expediente académico tampoco sería razonable". El claustro de la facultad es unánime en la idea de que si hay una enseñanza incompatible con la masificación es precisamente la que se intenta impartir en Bellas Artes. "Yo también creo que este sistema es más justo, y eso que si se hubiera mantenido el de los últimos años tendría garantizada la entrada; pero me parece absurdo que siga ingresando en la facultad gente que a los 18 años no sabe manejar un carboncillo". Nerviosa, con su rollo de papel de Ingres bajo el brazo, Inmaculada espera en el pasillo la llamada para entrar en el aula del examen. A su lado, asiente Cristina Eggeling, de nacionalidad austriaca: "Creo que si no cabemos todos, lo mejor es que se intente ver quiénes tienen una mayor aptitud". Cristina explica su presencia en España y en esta facultad porque espera que en ella le ayuden a descubrir "alguno de los infinitos secretos que guarda el arte en España". Italia habría sido la alternativa, "pero hay allí demasiados extranjeros ya", afirma, mientras se dirige hacia el aula del examen después de oír vocear su nombre.
El anuncio de que este afflo se iba a realizar un examen ha servido para que la demanda de matrícula disminuya espectacularmente, según la decana del centro, Rosa Garcerán, quien piensa que ésta es ya "la primera virtud del examen". La decana manifestó que de los 3.500 alumnos que habían expresado su intención de cursar Bellas Artes en la llamada preinscripción, poco más de 400 han confirmado su intención de matricularse una vez superadas las pruebas generales de selectividad de junio; el plazo de confirmación de la inscripción permanece abierto, pero aun contando con los que hayan superado la selectividad en septiembre, no se creee que el total de aspirantes llegue este año a los 800.
Los 402 convocados a iniciar el pasado martes el examen son los que, aun con bastantes aprietos pueden acoplarse en las cuatro aulas con las que se puede contar cuando también se están realizando los exámenes de los alumnos oficiales y libres del centro. El próximo día 7 se examinarán los restantes. Con arreglo a las disposiciones aprobadas por el Consejo de Universidades, la facultad madrileña sólo puede admitir este curso 389 alumnos.
El examen de ingreso consta de dos partes. La primera, la iniciada el martes, consiste en un ejercicio de representación. Los aspirantes realizarán un dibujo sobre modelos propuestos por el tribunal para lo que dispondrán de cuatro sesiones diarias de tres horas cada una. Los objetivos de esa prueba serán "detectar principalmente la capacidad de percepción visual y la capacidad de expresar y traducir a formas plásticas los modelos". La segunda prueba se realizará el cuarto día por la tarde, y consistirá en un ejercicio de libre creación, procedimiento y técnica opcionales, acompañado de una reflexión escrita sobre el proceso seguido. Los aspirantes dispondrán de cuatro horas para hacerla.
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