Trucos del oficio
El ejercicio de libre creación que tendrán que realizar los aspirantes a ingresar en la facultad de Bellas Artes de Madrid servirá para "detectar la capacidad de creación de imágenes y la aptitud estético-plástica", según las normas establecidas por el tribunal calificador. Este ejercicio es la principal novedad en relación con el examen de las antiguas escuelas.La dificultad de aquel examen, consistente estrictamente en la realización de un dibujo, para lo cual los alumnos disponían de 15 días, contribuyó a que a la sombra de las escuelas florecieran numerosos estudios y academias donde los aspirantes aprendían unica y exclusivamente a enfrentarse con el examen.
"Aprendían los trucos de la reproducción mecánica de un modelo", recuerdan los profesores actuales, que en su día sufrieron los rigores de aquel examen. "Y eso era lo malo, porque a veces el espíritu creativo cedía en favor de la de los trucos de un oficio, cuyo aprendizaje era precísamente lo que te había llevado a la escuela".
Prueba de la dureza de aquel examen es que los aspirantes de entonces, a quienes a partir de un determinado momento también se les exigió el título de bachiller superior, necesitaban una media de tres años para superarlo.
Los profesores de la facultad madrileña dicen que hoy la concepción sobre la capacidad creativa ha cambiado radicalmente, y que el nuevo examen no tendrá aquel tinte dramático de entonces. "Esperamos", añaden, "no incurrir en los defectos que nosotros mismos tanto padecimos y criticamos, por lo que vamos a ponderar mucho más la capacidad de percepción del aspirante que el dominio de un oficio que es injusto exigir a nadie al comenzar la carrera".
Algunos artistas consultados, que se muestran extremadamente críticos sobre las posibilidades reales de las facultades de Bellas Artes, creen también que "si lo que está en juego es un problema de espacio", es mejor un examen que las notas del bachillerato. Así lo entiende, por ejemplo, Rafael Canogar, quien se enteró de la recuperación de la tradición del examen por este periódico. "Me alegra", dijo, "saber que se ha empezado a entender la peculiaridad de los estudios de Bellas Artes y que se haya superado la situación de los últimos años". Canogar no está nada convencido, de todos modos, de que se deba valorar a nadie por el acto único de un examen.
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