_
_
_
_
_
México, tras la catástrofe

"Era como entrar en una zona de guerra"

"He vivido terremotos con anterioridad, principalmente en Oriente Próximo, pero éste ha sido, con mucho, el peor. Me desperté pensando que alguien estaba moviendo violentamente mi cama y escasamente pude ver mi reloj. Eran las 7.18. El temblor duró cerca de tres minutos, y durante ese tiempo ya me había puesto ropa y había comenzado a abandonar la casa. En el arbolado paseo de la Reforma, la principal avenida de la ciudad, me dí cuenta de la amplitud de la tragedia. Muchos edificios fuertes se habían venido abajo mientras que otros estaban inclinados hacia un lado. Era como entrar en una zona de guerra. El hotel Continental había perdido varias de sus plantas de arriba en su parte delantera e incluso más en la de atrás. Los ladrillos cayeron a las calles y agujerearon dos autobuses escolares. Hombres de la Cruz Roja que salían deprisa del edificio afirmaron que muchas personas habían quedado sepultadas. En la esquina de enfrente, el edificio de una compañía de seguros de ocho pisos se había desplomado. Junto a él, un restaurante chino ya había sido aplastado por los ladrillos que caían. Una densa nube de polvo y humo, junto con las llamas de muchos incendios, pendía sobre la ciudad. A lo largo de la avenida Boulevard, grupos de centenares de personas comtemplaban los edificios destruidos".

Más información
Media ciudad tardó horas en conocer la magnitud del terremoto
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_