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Proyectos monumentales para una ciudad

Una ópera popular

Soledad Gallego-Díaz

En el edificio de la estación parisiense de la de la Bastilla se ha retirado, como en la de Orsay, el servicio de ferrocarriles. En esta ocasión el edificio no merecía la pena y fue derruido. Quedó un magnífico solar en una de las plazas más céntricas de París. ¿Qué mejor lugar que la Bastilla, precisamente, con todas sus resonancias históricas y revolucionarias, para instalar una nueva ópera popular?

Los parisinos siempre se habían quejado de las enormes dificultades que encuentran para acudir a las representaciones de la ópera, instalada en el palacio Garnier, a la entrada de los Bulevares. Se trata de un edificio espectacular construido en 1875, pero incómodo y con poca capacidad. La temporada de ópera resulta muy cara para el Estado y pocos parisinos se benefician de ese gasto. La idea era construir un nuevo teatro de la ópera, con más capacidad y mayor número de representaciones y espectáculos, de forma que los gastos de explotación fueran menores y el precio de las entradas, inferior.

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El concurso internacional tuvo una enorme repercusión en todo el mundo. En total se presentaron 1.650 proyectos. El elegido fue el arquitecto canadiense Carlos Ott: "Será un edificio de granito beis rosado, cristal y cobre oxidado. Una arquitectura decididamente moderna, sin concesiones a la imagen mítica de una ópera". Sin embargo, existe una concesión: la tradicional escalera monumental, que en este caso llegará hasta la acera.

El nuevo teatro, cuyas obras comenzaron recientemente, contará con dos salas: una con 2.700 plazas, y otra, con menos de 1.000. Se pretende que albergue 450 representaciones anuales y que asista casi un millón de espectadores. El edificio estará terminado en 1988 y contendrá las últimas novedades técnicas, tanto en acústica como en facilidades para la grabación de discos Y vídeos.

"Será una ópera popular, tal y como exigía el concurso", afirman los responsables del proyecto, porque no tendrá el aspecto grandilocuente típico de las óperas del siglo pasado". Las entradas costarán de 50 a 250 francos (de 900 a 4.500 pesetas).

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