La aviación de Honduras penetra en territorio nicaragüense en una acción de represalia

El Gobierno hondureño ha enviado 2.000 soldados para reforzar su frontera con Nicaragua y ha puesto a su Ejército en estado de alerta tras el grave enfrentamiento ocurrido el viernes entre tropas de ambos países, que amenaza con desembocar en una crisis sin precedentes en Centroamérica. Dos helicópteros sandinistas fueron derribados en una incursión aérea hondureña en territorio nicaragüense, "en represalia" según Tegucigalpa, por un ataque de la artillería nicaragüense contra posiciones hondureñas. El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, dirigió ayer un mensaje urgente al mundo para desmentir esta versión y advertir del peligro de "un enfrentamiento de incalculables consecuencias". Ortega invitará hoy a su colega hondureño, Roberto Suazo Córdova, a celebrar una reunión "inmediatamente" para tratar de la tensa situación.

El choque fronterizo entre Honduras -el principal aliado de Estados Unidos en Centroamérica- y Nicaragua, en el que se registraron varios muertos en ambos bandos, se produjo pocas horas después de la conclusión en Panamá de una reunión de los cancilleres del Grupo de Contadora (Colombia, México, Panamá y Venezuela) con sus colegas centroamericanos, en la que se había desbloqueado el proceso de negociación y se había fijado una fecha tope para la firma de un acta de paz para la región.El presidente hondureño, Roberto Suazo Córdova, que tomó su decisión de que sus aviones penetrasen en territorio nicaragüense desde su finca de descanso de La Paz, calificó de "muy grave la situación con Nicaragua" y, por medio de un mensaje, pidió a la población que "se mantenga tranquila". "Las fuerzas armadas y el Gobierno de la república están alertas y prestas a la defensa de la integridad territorial y soberanía de la nación con todos los elementos y medios a su disposición". Suazo Córdova convocó ayer urgentemente al Congreso Nacional y llamó a consultas a su embajador en Managua.

Según la versión hondureña, tropas nicaragüenses abrieron, en la tarde del viernes, fuego de mortero en la zona conocida como El Españolito, situada a unos 120 kilómetros al este de Tegucigalpa, donde se encuentra una de las bases desde las que operan los miembros de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN, rebeldes respaldados por Estados Unidos). Tras este ataque, Suazo Córdova ordenó una respuesta limitada de su fuerza aérea, la más poderosa de Centroamérica.

El presidente Ortega negó estos hechos y calificó la incursión hondureña en el espacio aéreo nicaragüense como "un ataque criminal en contra de nuestras fuerzas". Ortega explicó que el ataque de Honduras se produjo para apoyar el intento de incursión en Nicaragua de unos 800 soldados rebeldes. El presidente nicaragüense denunció que, "de esta manera, el Gobierno de Honduras se presta a ser instrumento para llamar a la acción interventora y criminal del Gobierno de Estados Unidos".

Suazo Córdova informó de la situación en la frontera entre Honduras y Nicaragua a todos los organismos internacionales y a los cancilleres del Grupo de Contadora. La nota enviada por el presidente hondureño afirma que "este hecho pone de manifiesto que el Gobierno totalitario que prevalece en Nicaragua no ha cesado en su disposición de generalizar a nivel centroamericano una actitud agresiva y expansionista". "Hoy nos hemos dirigido al mundo", añade, "para dejar constancia de la agresión y de que se responderá al totalitarismo que hoy ofende la dignidad y destino histórico de Centroamérica".

El enfrentamiento del viernes fue el más grave ocurrido entre los dos países desde la llegada de los sandinistas al poder en Nicaragua, en 1979. Se trata de la primera vez que tropas hondureñas penetran en Nicaragua.

Un portavoz de la embajada norteamericana en Honduras declaró ayer al diario The New York Times que el Gobierno de EE UU fue "avisado" por Tegucigalpa antes de llevarse a cabo la acción de represalia contra Nicaragua, pero aseguró que ningún soldado norteamericano participó en el ataque.