Los dos gatos y marxismo de Max
Felipe González concluyó ayer su último día de estancia oficial en Tokio repitiendo la argumentación pragmática que ya exhibió en China. Al igual que ya hiciera en Pekín, concluyó la conferencia de Prensa que ayer tarde ofreció en la capital japonesa con una cita del líder chino, Deng Xiaoping: "Lo importante no es que el gato sea blanco o negro, sino que cace ratones".Con esta cita, González respondió a la pregunta de un periodista japonés sobre cómo se compagina que el PSOE reconozca el marxismo como método de análisis y propugne la permanencia en la OTAN. El presidente del Gobierno español ha subrayado la identidad de muchos de sus puntos de vista con los de los dirigentes de las dos potencias asiáticas, China y Japón, gobernadas, respectivamente, por un comunismo reformista heterodoxo y por un capitalismo muy especial de ribetes corporativistas.
Del liberal Yasuhiro Nakasone, González recibió piropos, el miércoles, hacia el programa de cambio que le llevó al palacio de la Moncloa. En su conferencia de Prensa de ayer en Tokio González dijo, a los periodistas japoneses que le preguntaban sobre cuestiones ideológicas, que no estaba muy seguro "de cuáles son los caminos que conducen a los ideales de igualdad y libertad". "No me siento en posesión de la verdad", añadió. "Si don Carlos Marx viviera", concluyó, "no sería marxista, como tampoco lo fue en su tiempo".
"Se me considera', dijo González, "un cierto heterodoxo en lo que pienso que debe ser el socialismo democrático, pero confieso dos cosas: que no estoy seguro de cuáles son los caminos que conducen a los objetivos de igualdad y, libertad... y que el mundo vive en una crisis de valores, que hace que estemos en el umbral de algo que no sabemos qué va a ser".
González reforzó estas opiniones al manifestar también que Ios partidos de la izquierda democrática no deben incurrir en la contradicción de ser conservadores. El conservadurismo de izquierdas me parece me nos coherente que el conservadurismo de derechas, que va de suyo". En este sentido, el presidente español afirmó que Ias fórmulas antiguas son las más perniciosas para una política de progreso".
Al abordar el desequilibrio comercial entre España y Japón, González puso un ejemplo que provocó las carcajadas de los informadores. "Si le cuento a un campesino de mi tierra que en Japón un melón vale más que un transistor, les aseguro que se viene rápidamente a Japón para llevarse radios".
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