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La ofensiva de seducción toma por sorpresa a Reagan

Francisco G. Basterra

Mijail Gorbachov ha sorprendido a Ronald Reagán en un terreno en el que éste es un maestro: las relaciones públicas. Sin esperar a que el presidente nórteamericano colgara ayer sus vaqueros y su sombrero de cowboy, abandonando el rancho de California donde ha pasado sus vacaciones, para volver al mundo real de Washington, el líder soviético ha utilizado la Prensa norteamericana parapasar a la ofensiva sobre la cumbre que ambos políticos celebrarán en Ginebra el próximo noviembre.No hay nada sustancialmente nuevo en las declaraciones de Gorbachov, que se limita a lanzar una advertencia a EE UU de que no sólo viajará a Ginebra para contemplar el lago Leman y a constatar una realidad: las relaciones entre las dos superpotencias son muy tensas y han empeorado incluso en los dos últimos meses. Lo que sorprendió ayer en Washington, sumido en la fiesta del Día del Trabajo y todavía no preparado para iniciar el curso político, fue el lenguaje directo utilizado por Gorbachov y su detallado. conocimiento de las relaciones con Estados Unidos.

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Sus declaraciones a Time vienen a confirmar lo que ya se temía la Administración Reagan. El nuevo líder del Kremlim es un adversario muy peligroso, que puede poner en serios apuros al presidente en la entrevista de Ginebra. Por primera vez desde Jruschov o los primeros años del reinado de Breznev, EE UU se enfrenta a un dirigente soviético imaginativo, audaz y en plena forma física y mental. Estas características sólo parecían reservadas en los últimos tiempos a los presidentes norteamericanos.

Reagan, que tiene 20 años más que el líder del Kremlim y que sufrió una operación de cáncer el 13 de julio, por primera vez regresa pálido de unas vacaciones. Los médicos no le han dejado tomar él sol debido al tumor cancerígeno de piel que le extirparon en agosto. Gorbachov lleva ya varios días en su despacho del Kremlim luciendo un moreno envidiable, después de sus vacaciones en Crimea, que contrasta con el rigor cadavérico de sus antecesores.

El secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) se declara dispuesto a no dejarse acorralar por Washington. La Administración Reagan, intentando adelantarse a la prevista ofensiva de encantamiento de Moscú con vistas a la cumbre de Ginebra, ha optado por una línea dura de no pasar una a los soviéticos. El consejero nacional de seguridad, Robert McFarlane, exigió recientemente a Moscú "cambios sustanciales"; contra la opinión incluso de los militares del Pentágono y,para demostrar la resolución de la Casa Blanca, Reagan anunció hace diez días que probará un arma antisatélites antes de la cumbre; el Departamento de Estado lanzó a continuación la historia del polvo de espías y el presidente confirmó que continuará adelante con el sistema de defensa espacial.

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