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Termina el conflicto en la limpieza de la ciudad sanitaria de Sevilla

El conflicto de Novalim, SA, empresa de limpieza de la ciudad sanitaria de Sevilla, ha provocado enfrentamientos entre las consejerías de Salud y Consumo y de Trabajo de la Junta de Andalucía respecto a la solución final del mismo. El jueves, la Junta resolvió el contrato con la empresa, lo que pone fin a una escandalosa situación plagada de irregularidades y de conflictos sociales. Novalim, propiedad del presidente del club de fútbol Real Betis, Gerardo Martínez Retamero, tiene deudas con la Seguridad Social, con Hacienda y con los trabajadores, cercanas a los 700 millones de pesetas.

La mayor discrepancia entre las consejerías andaluzas se produjo al final del conflicto, cuando la de Trabajo se ofreció como mediadora entre Novalim, su comité de empresa, el sindicato CC OO, Serlima -la nueva concesionaria- y la RASSSA (Insalud), aunque ésta no se considera implicada en el asunto. No obstante, las discrepancias sobre Novalim entre miembros del Gobierno autónomo ya se produjeron cuando, en junio, comenzó a diseñarse la estrategia para la resolución de la contrata de limpieza del mayor complejo sanitario de Andalucía. El consejero de Salud, Pablo Recio, era favorable a la convocatoria de un nuevo concurso y, por tanto, la resolución del existente con Novalim, mientras que el de Trabajo, Joaquín Galán, manejaba.la posibilidad de integrar a los 560 trabajadores en la RASSSA. Esta alternativa es la que reivindica el comité de empresa, mayoritariamente de CC OO.

Contrata escandalosa

La contrata de limpieza de la ciudad sanitaria Virgen del Rocío de Sevilla con Novalim es, probablemente, la más escandalosa de España. Con una gran plantilla, sus sueldos son superiores a los de otros trabajadores del sector debido al peculiar convenio de empresa que establece un incremento salarial anual de dos puntos por encima del aumento del coste de la vida; con anterioridad a 1980, ese incremento se hacía repercutir en el precio anual de la contrata, lo que le provocaba un alto coste financiero a la Administración. La empresa ha incurrido en numerosas irregularidades en los últimos años. Su propietario, el presidente del Real Betis Balompié Gerardo Martínez Retamero, compró el 4 de agosto de 1982 por una peseta el paquete de acciones de su socio, Y por entonces consejero-delegado, Carlos Noval, obteniendo el 98% de las acciones.

La concesión del servicio de limpieza a Novalim se produjo en 1981 al precio de 556 millones de pesetas anuales, siendo la más cara de España. Varias revisiones de precios solicitadas por la empresa, no se concedieron por no ajustarse al contrato, lo que motivó falta de liquidez. La nómina de noviembre de 1982 no se pagó porque el talón correspondiente de 47 millones fue ingresado en una cuenta deudora en el Banco Exterior de España. Desde diciembre de 1982 Novalim está en suspensión de pagos sin que se haya llegado a acuerdo con los principales acreedores (Seguridad Social, Hacienda y trabajadores, a quienes debe unos 700 millones de pesetas).

Novalim ha constituido el conflicto social más importante del verano en Andalucía. Como triunfo de las tesis de Pablo Recio, el día 1 de agosto el servicio de limpieza se adjudicó a la empresa Serlima por valor de 650 millones de pesetas. La oferta del nuevo concesionario a los trabajadores fue el despido de los 560 empleados y la readmisión posterior de 390, lo que provocó una huelga indefinida en petición de que la RASSSA los asumiera como propios. La huelga tuvo como efecto una precaria situación higiénica en el hospital, en lo que se apoyó la Consejería de Salud para resolver el contrato el pasado jueves.

Comienzan a limpiar

El comité niega rotundamente el supuesto incumplimiento de los servicios mínimos establecidos para 310 trabajadores, y califica la rescisión del contrato como un atentado al derecho de huelga". También anuncia medidas "políticas" y de presión.Tras una vigilia de enorme tensión, y con importantes contingentes policiales vigilando la ciudad sanitaria, ayer se produjo la firma definitiva de la contrata por parte de Serlima, que comenzó a limpiar el hospital con una plantilla inicial de 53 trabajadores.

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