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ETA se atribuye el atentado contra el francés Clément Perret, supuesto implicado en la 'guerra sucia'

ENVIADO ESPECIAL Un comunicante anónimo que dijo hablar en nombre de ETA reclamó ayer para esta organización independentista vasca, en llamada telefónica al diario barcelonés Avui, la autoría del atentado perpetrado el día anterior en Castellón, en el que resultó muerto Clément Perret, francés de 45 años presuntamente implicado, junto con su hermano Gilbert, en la guerra sacia contra ETA. Una fuente oficial de la comisaría de Policía de Castellón manifestó a este diario que la reivindicación se consideraba verosímil, aunque otras fuentes policiales oficiosas se inclinaban por no dar credibilidad a la llamada. Pese a todo, la munición utilizada, del calibre 9 milímetros parabellum marca SF, es la habitual de ETA.

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Los restos mortales de Clément Perret fueron enterrados ayer a las cuatro de la tarde en el cementerio de Castellón, en medio del mayor sigilo. Acudió una veintena de familiares y amigos, junto con un numeroso grupo de policías de paisano. Los dos hermanos del fallecido, Gilbert y Marius, conminaron a dos fotógrafos de Prensa que se encontraban en el cementerio, uno de ellos de EL PAIS, a que se marchasen y no tomasen fotografías. Estos lo hicieron y fueron seguidos por dos personas hasta que subieron a un taxi en las proximidades del camposanto.Por su parte, el titular accidental del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Castelló, Ramón López Torres, que instruye las diligencias, manifestó ayer a este periódico que ha declarado el sumario secreto y que al cadáver de Clément se le practicó la autopsia. El juez tomó declaración ayer por la mañana a Gilbert y Marius Perret, y por la tarde a Miguel Palomeque, el camarero de 19 años que se encontraba trabajando en el restaurante-pizzería del aeroclub de Castellón, propiedad de Clément, cuando se produjo el atentado, y que resultó herido de poca consideración en una pierna.

La llamada al diario AVUI se produjo sobre las once de la mañana. Una voz masculina dictó a la telefonista, primero en correcto catalán y después en euskera, el siguiente comunicado: "El representante del comando de Información de los Países Catalanes de ETA reivindica el atentado del Grao de Castellón en el que resultó muerto el mercenario a sueldo del Gobierno español Clément Perret".

El camarero herido se encontraba ayer internado en el hospital Sagrado Corazón, de la Seguridad Social de Castellón. Sufría fractura abierta de rótula en la pierna izquierda, a consecuencia de un disparo. La versión de los hechos que dio a este diario difiere en algunos extremos de la que se ofreció oficialmente él día anterior. Miguel Palomeque dijo que los dos presuntos miembros de ETA llegaron al restaurante y él pensé que iban a comer. Estaban ocupadas "cuatro o cinco mesas" de las 25 que tiene la terraza de la pizzería. En el -local se encontraba Clément, que es quien tomaba habitualmente nota de las peticiones de los clientes; su hermano Marius, en la cocina, y Gilbert cerca de la barra, así como la esposa de Clément -Chelo- y un hijo de ambos que tiene 13 meses de edad.

Los falsos clientes no llegaron a sentarse ni pronunciaron palabra. El camarero quitó para ellos dos cubiertos de una mesa para cuatro y se dirigió hacia Clément con el fin de que tomase nota. Fue seguido por uno de los dos que, "cuando estaba a metro y medio del señor Clemente sacó una pistola, no me fijé si del ombligo o del bolsillo. Le dió dos o tres tiros entre el pecho y la cara y luego le remató en el suelo".

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Sólo disparó uno

"Cuando terminó de matar al señor Clemente", añadió el camarero, "me disparé a mí. El primer tiro falló y yo me dirigí a esconderme tras un poste de hierro, pero me volvió a disparar y me dio en la rodilla; entonces me desmayé". Miguel Palomeque insiste en que sólo disparó uno de los dos individuos que entraron en el restaurante. Parece ser que había un tercer miembro del comando en un coche aparcado en la puerta. El agresor, según la descripción del camarero, es un joven de estatura media, complexión fuerte, cara redonda, pelo lacio negro muy corto, vestido con pantalón vaquero, camiseta de manga corta color azul con rayas horizontales más oscuras y zapatillas deportivas.

Un comunicante anónimo depositó ayer un mensaje manuscrito en el buzón del diario Mediterráneo de Castellón. En él informaba de que un Citroën CX blanco matrícula francesa se introdujo muy deprisa el día anterior, sobre las 16.45 -una hora y media después del atentado- en un camión para transporte de vehículos que portaba otros dos también con placas francesas, en la céntrica avenida de Casalduch de Castellón. El único ocupante del CX descendió del automóvil una vez situado éste en el camión y se introdujo en la cabina del mismo, que se marchó enseguida. La Policía supone que los autores del atentado huyeron en un coche grande matrícula francesa, al parecer de color blanco.

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