Kreisky: "El Mediterráneo puede convertirse en un foco de tensiones"
"El Mediterráneo puede convertirse en un foco de tensiones", aseguró el ex canciller austriaco Bruno Kreisky en unas declaraciones efectuadas a EL PAIS en la isla de Mallorca. Kreisky, cuya función mediadora en más de un conflicto es unánimemente reconocida, aseguró que a comienzos de año mantuvo en el emirato de Dubai una entrevista secreta con el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, y que está contribuyendo ahora mismo a crear un puente de entendimiento entre Francia y Libia.
Kreisky no quiso revelar el contenido de la reunión con Arafat. "Soy un mediador", dijo, "y no quiero estar involucrado en los asuntos internos de Palestina. Sólo puedo decir que es una pena que los palestinos no estén unidos como lo han estado en el pasado". Con éstas son ya cuatro las entrevistas mantenidas por Arafat y Kreisky. La última se celebró en Mallorca en diciembre de 1982.En su chalé mallorquín, el ex canciller, que no quiso hablar de asuntos internos españoles, reconoció que sigue manteniendo sus contactos políticos después de cerca de 30 años en el Gobierno austriaco, 13 de ellos como canciller y 16 como presidente del partido socialdemócrata. También desempeñó el cargo de vicepresidente de la Internacional Socialista, lo que le proporcionó excelentes conexiones políticas. "Tengo relaciones con el líder libio, Muammar el Gaddafi; con el presidente sirio, Hafez el Asad; con los líderes de los emiiratos árabes y, por supuesto, con mis amigos de la Internacional Socialista en Europa y en otros países. Para mí es muy útil, ahora, tener tiempo para mantener esas conexiones". Kreisky afirma que "es muy ambicioso calificarme de mediador. Yo sólo intento contribuir a sofocar la tensión política en los países del Mediterráneo y de Oriente Próximo, ése es mi objetivo".
El ex canciller austriaco reconoció que actualmente está mediando entre Francia y Libia. "Los dos países", dice Kreisky, "mantienen una guerra real. Mucha gente y aviones han caído por ambas partes. Ahora estoy contribuyendo a crear un puente entre Mitterrand y Gaddafi. Mi contribución es moderada, como la que tuve en la entrevista Felipe González-Gaddafi. No creo que haya problemas ahora, pero puede haberlos en un futuro, y por eso yo siempre he recomendado los contactos personales".
Gaddafi-González
Kreisky viajó a Libia para entrevistarse con Gaddafi y organizar la entrevista de éste con Felipe González. "Discutí con Gaddafi diferentes cuestiones, porque temo que el Mediterráneo se convierta en un foco de tensión. Le dije que, en mi condición de vicepresidente de la Intemacional Socialista, estábamos ante una gran oportunidad para negociar, si se daba cuenta de que los líderes de Portugal, España, Francia, Italia, Malta y Grecia son socialistas. Le convencí de que era el momento ideal y le pregunté a Felipe González si quería reunirse con el coronel libio. Me dijo:"¿Por qué no?, siempre puede ser útil".¿Existe cierto temor hacia Gaddafi en los países del Mediterráneo? Kreisky responde que no cree que Libia sea un peligro para el norte de África. "Gaddafi es un revolucionario, pero también está capacitado para negociar con Marruecos".
Kreisky no reconoce que esté mediando entre Israel y el mundo árabe. "Para ello", asegura, "debería tener el mismo grado de confianza e información reservada por ambas partes, y sólo la tengo del mundo árabe. La gran mayoría de la opinión israelí está en mi contra. Sólo hay una minoría cualificada que está a mi favor". El ex canciller añade que "aguanté esa presión para liberar a los prisioneros de guerra israelíes, operación que tuvo éxito gracias a muy buenos colaboradores. También hay que agregar que por la otra parte había 5.000 palestinos y libaneses que también fueron liberados".
Sobre la posibilidad de que se pueda originar un conflicto entre las dos superpotencias por Oriente Próximo, afirma que "Líbano puede provocar la guerra entre EE UU y la URSS. Existe una situación muy peligrosa y deben llegar a un acuerdó pacífico, aunque es muy difícil, porque la influencia de la URSS sobre Asad es limitada, y la de EE UU sobre Israel, también". El ex canciller precisó que "Europa tiene que influir en las dos superpotencias para que lleguen a una política de distensión".
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