Se suicida un tripulante del avión que arrojó la bomba sobre Nagasaki
Como un símbolo de las divisiones en Estados Unidos ante el 40º aniversario de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, uno de los tripulantes que las arrojaron se ha suicidado y otro dice que nunca ha tenido remordimientos. Paul Bregman, que fue el navegante del bombardero B-29 que arrojó una bomba atómica sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945, se ahorcó ayer en su casa de Los Ángeles.Los familiares de Bregman, de 60 años de edad, declararon que se encontraba aún en una profunda depresión por su participación en el holocausto y que había anunciado que se iba a suicidar en el 40º aniversario.
En contraste con el estado de ánimo de Bregman, el hombre que dirigió los aviones bombarderos, Paul Tibbets, no siente ningún remordimiento y dice ufano que "nunca he perdido una noche de sueño desde entonces". Tibbets fue el piloto del Enola Gay, el B-39 que lanzó la primera bomba atómica en la historia de la humanidad, el 6 de agosto de 1945, sobre Hiroshima.
"No siento ningún remordimiento ni problema de conciencia. La bomba hizo lo que tenía que hacer", ha comentado Tibbets, quien tiene ahora 69 años de edad y dirige una compañía que alquila aviones para ejecutivos.
La bomba de uranio sobre Hiroshima causó la muerte de 93.000 japoneses y 37.000 heridos. La de plutonio sobre Nagasaki, 75.000 muertos.
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