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La Rábida perderá su diseño original

Críticas al proyecto de restauración del monasterio con motivo del V Centenario del Descubrimiento

El monasterio de La Rábida se encuentra en tales condiciones de deterioro que los frailes de la orden franciscana que habitan en él, soportan unas condiciones de vida muy precarias.Pese a las críticas que ya han surgido hacia al proyecto, los responsables del mismo se muestran firmes y decididos a ejecutar el empeño, por entender que 1992 "tal vez sea el mejor pretexto para hacer justicia al monasterio de La Rábida, necesitado de una reestructuración interna".

Dos razones son las que arguye el delegado provincial de Cultura y presidente de la comisión provincial del Patronato Histórico Artístico de Huelva, José Mora Galiana, para justificar el proyecto de restauración y ampliación del monasterio de La Rábida. En primer lugar cita las interferencias que se producen entre las funciones primordiales del monasterio: la religiosa y la cultural o turística. "Los numerosos grupos de personas que -visitan La Rábida", dice Mora Galiana, "entorpecen la dedicación religiosa de la comunidad o la parroquial que tiene su iglesia". "Recíprocamente", añade, "la comunidad franciscana, al usar una serie de elementos fisicos del inmueble, coarta el conocimiento total del monasterio por los visitantes". .

Todo esto vendría dado, en palabras de José Mora Galiana, por la doble condición de hito histórico que supone para La Rábida el ser cuna del Descubrimiento y convento franciscano dedicado a una función espiritual.

Un segundo razonamiento que. impulsa a ácometer los planes de reforma y ampliación de La Rábida se justifica en "las condiciones inadecuadas" en que desde hace siglos viven los monjes. "Residen en celdas medievales, con accesos estrechos y muy deteriorados por el tiempo, con servicios estrechos e inadecuados, situados en los lugares menos idóneos para su función, aparte de las dificultades que tienen, que sufrir en sus recorridos interiores".

La corporación provincial fue el primer organismo que se planteó la situación del monasterio de La Rábida, y trató el asunto con el arquitecto Alfonso Jiménez Martín, autor de diversas actuaciones en el edificio y conocedor en profundidad de su estructura y condiciones. Velázquez, Bosco y La Rábida es el título de una de las diversas obras y estudios que el técnico ha publicado sobre este recinto histórico-artístico.

La idea se trasladó a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y al Patronato Andaluz para el V Centenario del Descubrimiento, que ordenaría la confección de un anteproyecto. En diciembre de 1984 se aceptó el informe presentado por Alfonso Jiménez Martín, y se procedió, seguidamente, a la redacción del documento definitivo después de ocho meses de traba o en los que, según declara Faustino Rebollo, jefe de Servicios de la Delegación Provincial de Cultura, el arquitecto buscó las soluciones adecuadas "por el respeto que le merece la historia, la delicadeza de su actuación y sus posibles repercusiones públicas".

El proyecto de ampliación y restauración del monasterio también ha sido supervisado por los servicios de la Dirección General de Bellas Artes y, una vez corregidas las observaciones de carácter técnico y administrativo que se le efectuaron, va a pasar a la fiscalización económica y a su adjudicación por el sistema legal.

El citado proyecto constará de un4 primera fase, denominada Nueva clausura de La Rábida, que, si bien el inicio de las obras quedará determin'ado en el pliego de condiciones de la adjudicación, se estima que puede realizarse a partir de finales del presente año, para terminar en 1986. Concluida esta primera fase, se acometerá una segunda en los años sucesivos, cuyo alcance todavía ni está determinado, aunque, según las informaciones facilitadas, afectará a restauraciones dentro del propio monasterio, tales como frescos, patio mudéjar, capilla, enfermería celdas, etcétera, que supondrán "una revalorización deledificio en su función cultural".

La nueva clausura de la comunidad franciscana quedará situada en un edificio de nueva planta, que tomará la forma del terreno en la pendiente que existe entre la explanada de La Rábida, por la parte de la iglesia, y la avenída de los Descubridores.

Celdas con terraza

El edificio estará compuesto de una parte central, con terraza, re fectorio, oratorio, estancia y sala de visitas, aseos y portería, además de la cocina y almacén. En el ala derecha de la nave, cinco celdas con terraza propia, servicio incorporado y un armario empotrado; y la nave izquierda comprenderá otras tres celdas, aparte de la estancia del padre prior, mayor que las demás, que se comunicará con un patio interior, al no disponer de terraza.

La conexión con el monasterio actual se llevará a cabo a través de una cancela ya existente, que comunica con el patio exterior del monasterio, detrás del edificio adosado a la iglesia. Una pérgola permitirá el paso entre ambas edificaciones, aunque este extremo no conste enel proyecto.

Recelo de los técnicos

José Mora Galiana asegura que el edificio que se va a construir parte de una solución arquitectónica "muy respetuosa con el edificio principal del nionasterio". "Incluso será", insiste, "una opción mejor que el propio edificio actualmente adosado a la iglesia, que se ejecutó con motivo de la celebración del IV Centenario del Descubrimiento".

Esta añadidura provoca el recelo de algunos técnicos y autoridades de Huelva, que la consideran una realización "poco afortunada", por romper la perspectiva que poseía el monasterio primitivo.

Pese a haberse efectuado con anterioridad algunas modificaciones a partir del cuarto centenario, como puede ser el agregado junto a la iglesia, la situación de los depósitos de agua, instalacióh de monumentos conmemorativos, apertura de viales, ajardinamientos, así como otras instalaciones de sercicios al público, docentes y ornamentales, "con mejor o peor fortuna", según Faustino Rebollo, voces críticas al proyecto se han plasmado ya a través de artículos de opinión aparecidos en la Prensa local.

Opiniones que califican el proyecto de ampliación como "descabellado", "sin precedentes" y "un atentado al patrimonio de Huelva" exclaman, por otra parte, su confianza en que al final "no tengamos que escuchar un mea culpa que nos obligue a entonar dolorosamente .un postrer solemne réquiem por La Rábida".

La Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico Artístico de Huelva (ADEPAH) también se muestra contraria a la construcción de "todo tipo de edificios" en el Parque Nacional Histórico Artístico de la Rábida, en tanto no se ha elaborado un plan especial de urbanismo para el recinto. A través de una nota pública, ADEPAH ha expresado su "más firme oposición a cualquier clase de política urbanística" en la Rábida que carezca de coordinación oficial, y no respete las características del histórico monasterio y "esté sometida a un simple afán de construir edificios en un Parque Nacional Histórico Artístico que necesita ser más protegido y dignificado de lo que está en la actualidad".

Los responsables del proyecto han evitado pronunciarse públicamente ante las críticas surgidas, por considerarlas "fruto del desconocimiento". "Es digno que haya quienes defiendan el proyecto y quienes lo critiquen", replica José Mora Galiana, "pero hemos de esperar que las críticas o sugerencias que se puedan producir se asjenten sobre las bases formales, con conocimiento de causa, sin que surjan del desconocimiento total del problema, y que no sean guiadas únicamente por razones de emotividad".

Una solución "valiente, actual y creativa"

La solución arquitectónica adoptada para el edificio de nueva planta que ampliará el conjunto histórico-artístico del monasterio de La Rábida es "valiente, actual y creativa y, sin desmerecer el entorno, se integrará en la totalidad", en palabras del presidente de la comisión provincial del Patrimonio y delegado de Cultura de Huelva, José Mora Galiana.El costo de haber recurrido a esta audaz solución supone el alejamiento del edificio de su imagen primitiva, ya que el mismo José Mora Galiana anuncia que el resultado final no se va a parecer en nada a la construcción originalmente concebida.

Es precisamente este anuncio el que ha despertado y provocado la polérnica que, a buen seguro, se dejará oír durante todo el tiempo que duren las obras, y cuyo final dependerá de los resultados.

En la memoria elaborada por el arquitecto. Alfonso Jiménez Martín, la persona encargada de llevar a cabo el proyecto, se observa su preocupación ante él planteamiento y métodos arquitectónicos a utilizar. Él mismo se pregunta que, de utilizar un sistema mimético, por cuál de ellos optaría.

"Creemos", dice Mora Galiana, "que lo sencillo hubiera sido utilizar el clásico arco y una seudoarquitectura mudéjar, pero, de haber recurrido a esa solución, se estaría imitando el interior y no el impacto que supone el monasterio de La Rábida en su volumen exterior".

Sobre este ya polémico asunto, las autoridades onubenses aseguran: "Tanto la ubicación escogida como la opción arquitectónica respetan al máximo el edificio principal y su entorno, creando una nueva estructura cualitativamente superior -a nuestro parecer- a otras realizaciones que, por familiares, no nos extrañan y se consideran normales".

Concretamente, se refieren a la nave adosada al monasterio antes del IV centenario del Descubrimiento y que alberga una serie de celdas.

Nueva residencia

A favor de la idea de situar la nueva residencia de los franciscanos en el lugar elegido, se han tomado diferentes elementos en cuenta.Uno de éstos afecta a la situación del edificio. "La ubicación buscada, el terreno que va desde la cota cero -nivel de la puerta de la iglesia, respetando el aparcamiento existente y los cerca de 16 metros del desnivel real, rodeado de una arboleda que actúa como cortina vegetal, hasta la avenida conocida por el nombre de los Descubridores", explican.

Antes de aprobarse el proyecto se pensó en otra situación, pero el patronato provincial del Patrimonio y otros técnicos llegaron a la conclusión de que no eran los más óptimos, por resultar afectado visualmente el monasterio, principal motivo a respetar. "Además", apunta José Mora Galiana, "la propia comunidad franciscana prefiere ese enclave para su nueva residencia".

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