Droga y violencia en el País Vasco

El pasado día 7 de julio, EL PAIS recogía una información del Congreso Internacional sobre Legislación y Drogas celebrado en San Sebastián. Sorprende el tratamiento informativo tan tergiversado del tema, que pretende, como siempre, endosar a terceros los vicios de la sociedad vasca. El cronista se vale de un valiente farmacéutico que oculta su nombre para decir que la droga la consumen hoy los hijos de los inmigrantes que ayer ingerían el alcohol. Semejante falacia no se sostiene un segundo en pie. Primero, la misma información dice que el alcoholismo ha llegado hasta a las aldeanas. Segundo, no creo que sean precisamente San Sebastián y las otras poblaciones citadas -Ondárroa, Rentería, Elgóibar, Bermeo o Indauchu- los puntos de mayor población inmigrada. Tercero, aunque ignoro quiénes son los arrantzales, gentes que al parecer están harto narcotizadas, sospecho por el nombre que se refiere a un colectivo de vascos-vascos. Cuarto, ¿qué es la "cultura del chiquiteo" sino un eufemismo para designar un alcoholismo made in Euskadi?. No acaba ahí la descarga en terceros: el género se reparte en el "furgón del gitano". La "etnia local" queda eximida, naturalmente.

Si las estadísticas apuntan a que el mayor consumo de drogas se da en el País Vasco y, dentro de éste, en las áreas más vasquizada, no hay que buscar a nadie que les exonere: violencia y droga van in defectiblemente unidas, y no podría faltar ésta donde tanto abunda aquélla.- J. Luis Alonso. .