El teniente general Tito Okello jura como nuevo jefe del Estado ugandés tras el golpe militar
El jefe de las fuerzas armadas de Uganda, teniente general Tito Okello, juró formalmente ayer su cargo como jefe del Estado y presidente del nuevo Consejo Militar, tras el golpe militar que el sábado derrocó a Milton Obote. Según Radio Kampala, dicho Consejo Militar gobernará el país hasta dentro de un año, en que se celebren elecciones generales.
Tito Okello, general jefe del Ejército ugandés desde 1979, es el militar de mayor graduación del país. Nacido en Namukora (Kitgum), pertenece a la etnia acholi, como el general de brigada Basilio Olara Okello, principal actor del golpe de Estado del pasado sábado, con el que no tiene ninguna relación de parentesco. Olara Okello, de 60 años, dirigía la 10ª brigada del Ejército ugandés, destacada en el norte del país, hasta el momento en que se puso al frente del golpe militar que derrocó a Obote, miembro de la tribu langi. Se desconoce cuál será su puesto en el nuevo Gobierno.El acto de la jura se realizó al aire libre, enfrente del Parlamento ugandés. El general Tito Okello, de 65 años y pelo gris, prometió defender la Constitución, que fue suspendida el domingo por los dirigentes del golpe, y defender la ley. A la ceremonia asistieron altos mandos militares, la jerarquía religiosa (aunque no la de la Iglesia católica), policías y unos pocos periodistas. El nuevo presidente, que se presentó en traje de combate y con casco, fue felicitado en el umbral del Parlamento por el general de brigada Olara Okello.
La designación de Tito Okello para la presidencia de Uganda, así como el aplazamiento de las elecciones generales, que deberían haberse celebrado antes de que acabe este año, fueron anunciados a primera hora de la mañana por la radio oficial ugandesa. El jefe del Estado nombrará un primer ministro cuya misión será formar "un Gobierno con un amplio respaldo para dirigir el país hasta la organización de elecciones de aquí a un año", según Radio Kampala.
Vuelta a la normalidad
La capital ugandesa, Kampala, se encontraba ayer mucho más tranquila, y algunos civiles se habían aventurado a dirigirse al centro de la ciudad por primera vez desde el sábado. No obstante, el aeropuerto continuaba cerrado, al igual que las fronteras, y el toque de queda desde la puesta del sol hasta el amanecer fue ampliado en una hora por la mañana. Radio Kampala, portavoz de los golpistas y la única fuente oficial de información sobre el golpe, continuaba emitiendo música militar y pop.El ex presidente ugandés Godfrey Binaisa, exiliado en Londres, urgió ayer a los nuevos dirigentes militares a que formen un Gobierno de unidad nacional que incluya a la guerrilla y a los grupos políticos de oposición. Binaisa declaró posteriormente que ése era el único camino para hacerse con el apoyo del pueblo y restaurar la estabilidad en Uganda.
El Gobierno de Kenia, país vecino de Uganda y en el que inicialmente se ha refugiado el derrocado Obote, hizo público ayer un comunicado según el cual está examinando "la situación política" de Uganda "con un vivo interés". "El Gobierno", añadía, "confía en que el pueblo ugandés, y especialmente sus niños, no vuelvan a ser atormentados". También Egipto "sigue con atención la situación en Uganda", según declaró ayer su ministro de Exteriores.
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