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Un muerto, siete heridos y decenas de detenciones más en Suráfrica en nuevos disturbios tras la implantación del estado de emergencia

Al menos un policía ha resultado muerto, seis soldados han sido heridos y 51 personas más fueron detenidas en las últimas horas en zonas próximas a Johanesburgo y en el área oriental de la provincia de El Cabo, en África del Sur, en el curso de los disturbios y las redadas policiales que han llevado a distintas cárceles a un total de 1.666 personas de color tras la implantación, el pasado domingo, del estado de emergencia en 36 distritos del país por parte del Gobierno de Pieter Botha. El embajador francés en Johanesburgo, Pierre Boyer, abandonó ayer el país en señal de protesta por la implantación del estado de emergencia, mientras las sanciones contra el régimen racista surafricano propuestas por París encuentran paulatinamente eco en nuevos países.Un portavoz de la policía dijo que la jornada de ayer discurrió sin incidentes destacables, si bien se supo que en la noche del sábado al domingo un policía negro, que vigilaba la casa de la madre del alcalde negro de la localidad de New Brighton, cerca de la ciudad costera de Port Elizabeth, resultó muerto. La casa custodiada fue incendiada por manifestantes negros. Seis soldados que actuaban junto a la policía desde un vehículo blindado resultaron heridos por las pedradas de numerosos manifestantes en una ciudad no especificada por la policía, en la provincia de El Cabo.

Desmond Tutu, arzobispo galardonado con el Premio Nobel de la Paz, anunció en una entrevista concedida a un semanario francés que los jóvenes de color surafricanos se están viendo abocados a adoptar medidas de violencia centra el régimen segregacionista de Pretoria, lo cual pone en peligro su liderazgo como dirigente pacifista.

Tutu había mostrado días atrás su disponibilidad para entrevistarse en cualquier momento con el jefe del Gobierno surafricano, Pieter Botha, si éste se lo pedía, y con el objeto de buscar un levantamiento del estado de emergencia y mitigar sus consecuencias, que han desatado una nueva oleada de luchas populares contra esta medida. El diario Star anunció que Tutu y Botha se entrevistarán esta semana.

Roelof Botha, ministro de Asuntos Exteriores de África del Sur, hizo ayer una llamada a "todas las gentes razonables" del país, para que "se unan y estimulen el diálogo y la comprensión mutua entre todos". Roelof Botha, que tomaba la palabra ante la población minera de Phalaborna, al norte de la provincia de Transvaal, justificó la implantación del estado de emergencia diciendo que "sólo afecta al 14% de la población del país" y mostró su creencia en que "la mayor parte de las comunidades negra, india y mestiza de África del Sur no está de acuerdo en que los altercados prosigan".

En el plano internacional, a la inicial adhesión danesa a las propuestas francesas de condena al régimen surafricano, presentadas la semana pasada ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas bajo la forma de sanciones voluntarias, que fueron vetadas por Estados Unidos y el Reino Unido, ya se han sumado los Gobiernos noruego y sueco, mientras las autoridades socialistas australianas han anunciado que llevarán el caso surafricano ante la nueva reunión de la Commonwealth, en las Bahamas, prevista para las próximas semanas.

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Condena china

Li Xiannian, presidente de la República Popular China, que se encuentra de visita oficial en Estados Unidos, calificó ayer en Los Angeles de "atrocidad" la implantación del estado de emergencia en África del Sur y dijo que constituía una prueba más del "aplastamiento de los débiles por los fuertes".

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