Una reacción técnica que puede afianzarse a corto plazo
La bolsa comenzó a ganar posiciones en la última parte de la semana, aunque los niveles de contratación, a cuenta de la continuada falta de papel y de dinero impiden hablar de una recuperación y quizá sea más sensato, por ahora, calificar a este movimiento como una reacción técnica debida a los bajos niveles de precios.El índice general ganó en la semana 1,02 puntos, gracias al balance de eléctricas (+1,59), alimentación (+3,74), inversión mobiliaria (+0,93) siderometalúrgicas (+1,93), químicas (+0,69) y varios (+27,77, obra de La Unión y El Fénix). En el extremo opuesto se encuentran banca (-0,18), construcción (-1,03) y comunicaciones (-2,96).
No obstante, el ambiente bursátil sustituyó la apatía por la esperanza a cuenta del anuncio de la reunión que celebrarán el próximo martes los ministros entrante y saliente de Industria con los presidentes de las compañías eléctricas. Se supone que esta primera toma de contacto servirá para desbloquear los intercambios ole activos. Y parece ser que el Gobierno, para salir del punto muerto originado por las diferencias de valoración entre compradores y vendedores, estaría dispuesto a financiar por la vía presupuestaria (mediante subvenciones fiscales, por ejemplo) esa diferencia de 50.000 millones de pesetas que constituyen el último obstáculo para alcanzar un arreglo.
La finalización de este proceso, recuerdan los analistas, supondría que las empresas del sector podrían hacer frente al futuro con unos balances saneados, lo que posibilitaría que todas las compañías repartieran los mismos dividendos, al menos, que en 1984.
Esta posibilidad ha colocado en segundo plano el pulso bancario respecto al precio del dinero, que a lo largo de la semana ha continuado su descenso a corto plazo y su estancamiento a medio. Los observadores, sin embargo, recuerdan que el Gobierno ha adelantado sus intenciones de reducir a la mitad, según el borrador del proyecto, el coeficiente de inversión obligatoria de bancos y cajas de ahorro, que se situaría en el 13% del total de los depósitos en un período de cinco años. Esto puede ser una pipa de la paz ofrecida por Economía.
Al mismo tiempo, el hecho de que el Gobierno proyecte financiar el déficit presupuestario de 1916 (1,3 billones de pesetas) a través de pagarés del Tesoro -es decir, con emisiones a corto plazo- confirma las expectativas de un descenso de los tipos de interés y, paralelamente, del ritmo inflacionario. Esta impresión cobra más fuerza con el proyecto para eliminar los precios administrados de buena parte de artículos de primera necesidad que, junto a importaciones estratégicas, limitará las subidas de precios.
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