_
_
_
_
_

Vendedor de versos, su último trabajo

Luis López Rueda no tenía trabajo ni domicilio fijos cuando lo detuvieron el pasado viernes. Iba vestido con una gabardina y con botas altas, pese al calor de casi 40 grados de temperatura ambiente en Madrid.El presunto asesino de su suegro -Casiano Santamarina- había trabajado como administrativo en una sucursal bancaria, pero rompió con el matrimonio y la rutina burocrática hace unos dos años porque no le gustaba "la vida convencional", según dijo a su familia. Su último trabajo fijo conocido fue la venta a domicilio. Sólo le dedicó unas semanas.

Luis López Rueda apuntaba rasgos de carácter fronterizos con la anormalidad, el principal de los cuales era su violencia. La gente próxima a él empezó a temer sus extraños arrebatos. El actualmente acusado de asesinato es también adicto a la heroína. En su caso no se conoce son certeza si la drogadicción es causa de su comportamiento anormal o viceversa. No es el yonqui habitual que apuñala a cualquiera para conseguir el dinero justo para una dosis. Su comportamiento presuntamente perturbado parece obedecer a otro tipo de causas, que no han sido estudiadas médicamente.

Más información
Un hombre de 33 años, acusado de matar a su suegro de un navajazo en la calle de Orense

En los últimos tiempos, Luis López Rueda ejercía de poeta y dormía en la calle. Dejaba un papelito con versos encima de las mesas de los bares y luego solicitaba la voluntad para subsistir.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_