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Catástrofe en Italia

Al menos 69 muertos y 195 desaparecidos al reventar una presa en un pueblecito de la provincia de Trento

Juan Arias

La rotura parcial de una presa con una capacidad de 150.000 metros cúbicos de agua provocó ayer en Pretadel, un pueblecito italiano de la provincia de Trento, una grave tragedia cuyo número de víctimas podría elevarse a 300 muertos. A última hora de la tarde de ayer se habían recogido ya 72 cadáveres, mientras 195 personas se daban por desaparecidas y había registrados 15 heridos, dos de ellos gravísimos. Los equipos de rescate, integrados por unos 4.000 hombres, tenían previsto continuar trabajando durante toda la noche.

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JUAN ARIAS, La tragedia se produjo a las 12.55 le ayer. La aldea de Pretadel, perteneciente al Ayuntamiento de Tessero, en el corazón de las maravillosas montañas Dolomitas, a 1.300 metros de aItitud, quedó prácticamente borrada del mapa.Un labrador que se encontraba próximo al lugar de la tragedia y que logró salvarse contó que lo primero que se sintió fue un gran rumor, como de un terremoto. Al mismo tiempo se fue la luz. La escena que se presentaba a los ojos le esta persona era la de una montaña que se desmoronaba y que iba arrastrando al suelo los altos abetos de aquellas montañas.

El lago artificial que servía para limpiar el producto de una mina de flúor cercana se alimentaba con las aguas del torrente Stava, a ocho kilómetros de la famosa localidad veraniega de Cavalese, en el valle de Fiemme. Según las prime ras noticias oficiales, más que la presa lo que cedió fue el terraplén de tierra que cerraba el paso al Stava. La inmensa masa de agua mezclada con barro y escombros se precipitó como un monstruo enfurecido arrastrando todo lo que encontraba en su camino en una extensión de cinco kilómetros.

Dos hoteles que estaban en aquellos parajes, el Stava y el Erica, quedaron arrasados, y otros dos, el Miramonti y el Dolomiti fueron parcialmente destruidos. Dado que en esas zonas de montaña se almuerza muy pronto, se calculaba que la mayor parte de las aproximadamente 150 personas alojadas en los hoteles, exceptuadas las que habían podido salir de excursión, habrían fallecido.

Las aguas, que poco a poco fueron convirtiéndose en una montaña de fango y escombros, destruyeron también más de 20 chalés de la zona, que en estos días de vacaciones suelen estar abarrotados por familias enteras con sus niños.

La tragedia cogió en pie a todas las fuerzas políticas del país, que aún no habían podido irse de vacaciones. En el momento de la catástrofe estaba precisamente reunido en Roma el presidente del Gobierno, Bettino Craxi, con los secretarios de los cinco partidos políticos que forman su Gobierno, para estudiar la posibilidad de hacer un reajuste ministerial. Por eso estaba también en Roma, en su finca del mar de Castelporziano, el presidente de la República, Francesco Cossiga, que mandó inmediatamente un telegrama a las autoridades de Trento pidiendo el esclarecimiento inmediato de todas las responsabilidades de la tragedia.

Cossiga, sin embargo, prefirió no trasladarse al lugar de la tragedia para "no entorpecer", dijo, "las tareas de socorro", ya de por sí muy difíciles, dado que la presa rota se halla situada en plena montaña y sólo se puede llegar a ella en helicóptero o a través de una tortuosa carretera en medio de tupidos bosques de abetos.

La presa de Stava fue construida hace 20 años y hasta hace poco era propiedad del grupo ENI, del Estado, pero recientemente fue vendida a una sociedad privada de los hermanos Rota, de Trento.

El ministro de Defensa, Giovanni Spadolini, declaró zona catastrófica el área afectada e inmediatamente se puso en marcha un plan de emergencia en el que están traban conjuntamente carabinieri, policía, Ejército y voluntarios.

Toda Italia dio un suspiro de alivio cuando llegó la noticia de que los 100 jóvenes de una colonia de boy-scouts de Milán que acababa de llegar al lugar siniestrado se habían salvado porque estaban situados en un lugar por el que no pasó la infernal riada.

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