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Maureen Reagan, atracción de la jornada en la conferencia de Nairobi sobre la mujer

Maureen Reagan, hija de actores, tuvo ayer en Nairobi, en su intervención ante la asamblea plenaria de la Conferencia Mundial del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer, un golpe de efecto. Mientras la delegación estadounidense, que ella encabeza, estuvo bloqueando infructuosamente durante todo el fin de semana pasado el acuerdo sobre el procedimiento de toma de decisiones, para evitar votaciones molestas que pudieran herir la sensibilidad del país que su padre preside, ayer dijo, con la sala llena y expectante, que, al margen de los problemas relativos a la mujer a los que Estados Unidos daba especial importancia, comprendía que algunos países quisieran hablar, "por ejemplo", del apartheid en Suráfrica, de la mujer palestina o de la situación en Oriente Próximo y sus efectos sobre la mujer.

KARMENTXU MARÍN ENVIADA ESPECIAL, "El Gobierno y el pueblo de los Estados Unidos rechazan el apartheid, que tiene efectos negativos para el pueblo negro de África del Sur y también para las mujeres, pues es un sistema inhumano y dañino", dijo la representante norteamericana, antes de añadir que su delegación está dispuesta a discutir las cuestiones citadas con espíritu constructivo y con vistas a llegar a resultados que todos puedan aceptar."Esta conferencia", siguió Maureen Reagan, "ofrece a muchas mujeres una oportunidad para expresarse que no tienen habitualmente. Yo estoy feliz por ser ciudadana de una nación con un sistema democrático en la que las mujeres tienen libertad para hablar y expresar sus puntos de vista políticos. De ninguna manera negaré esta plataforma a esta mujer, por mucho que discrepe de sus posiciones", añadió entre aplausos.

La presidenta de la delegación estadounidense planteó con anterioridad cuatro problemas de las mujeres de su país: el de las refugiadas, cuya principal dificultad es que suelen ser dependientes de otros y a las que habría que dar la posibilidad de trabajar para que se integraran plena mente en la vida americana; el del papel de la mujer en el desarrollo, apartado en el que aprovechó para decir que los países que obtienen mejores resultados en su desarrollo son los que ponen énfasis en el sector privado que suele ser, añadió, el sector de la mujer, particularmente en los países poco desarrollados. La alfabetización, no básica, pero sí de incremento de conocimientos, y la violencia ejercida contra las mujeres en el hogar, que, dijo, es un delito y como tal hay que denunciarlo por la vía jurídica, al margen de las relaciones que tenga la víctima con el autor.

Maureen Reagan terminó diciendo que "nos esforzaremos por evitar que los problemas políticos impidan aquí hablar de la mujer, y para que esta conferencia sea de, por y para las mujeres". Se mostró esperanzada por el espíritu de compromiso y consenso con que se iniciaron las sesiones y bajó las escaleras de la tribuna de oradores, fotografiada y aplaudida. Dando manos y agradeciendo parabienes, recorrió la distancia que la separa a de su asiento y allí tuvo que aceptar fotografiarse desde con un grupo de mujeres que lucían el sari hindú hasta con todos y cada uno de los miembros de la delegación uruguaya, sus vecinos de mesa, que se fueron pasando la cámara entusiasmados.

Intervención de Egipto

Entre los países que ayer se dirigieron a la asamblea plenaria en la capital de Kenia despertó también gran interés la intervención de Egipto, cuya presidenta de delegación, que empezó y terminó su parlamento entre advocaciones al Todopoderoso, aludió a la sequía, el desempleo y el éxodo de los refugiados como problemas que han sufrido las mujeres africanas y arrancó encendidos aplausos cuando habló de "los sufrimientos de Sudáfrica y Namibia por el apartheid y la discriminación racial", cuando atacó a "Pretoria, que insiste en lanzar su reto a los sentimientos del mundo entero con sus prácticas inhumanas", y cuando recordó "a las mujeres palestinas de los territorios ocupados" y lanzó un llamamiento al foro para que todos los países las ayudaran "a superar esta tragedia". Las anteriores alusiones fueron, largamente aplaudidas, en contraste con la petición que hizo "a las mujeres de Irán e Irak para que contribuyan a poner fin a su guerra fratricida".

La representante egipcia dijo que la mujer de su país es pionera en Oriente Medio y participa en actividades como la planificación familiar, el cuidado de minusválidos y ancianos y la mejora de la sanidad, además de incrementar su incorporación a la educación, aunque sigue teniendo problemas derivados del analfabetismo y la alta tasa de natalidad.

Asimismo, denunció las "concepciones erróneas, basadas en hipótesis falsas", que hay sobre la mujer en el Islam, doctrina que, entre otras ventajas, "las ha honrado, elevado de condición, asegurado la igualdad total con el hombre, dado la libertad de escoger marido, la posibilidad de tener posesiones y mantener el apellido de soltera, además de enunciar el deber de que adquieran conocimientos y desarrollen su capacidad social". Todo esto para que sean "unas buenas asociadas del hombre y se constituyan en madres que puedan educar a la generación futura".

La delegada de Egipto terminó pidiendo el incremento de la cooperación internacional para que los, problemas de las mujeres se intenten solucionar a nivel regional, lo que, a su juicio, incrementaría la eficacia de las medidas tomadas y puso como ejemplo el marco de la Organización para la Unidad Africana (OUA), hacia la que pidió una especial atención por parte de las Naciones Unidas.

Por último, aludió a la necesidad de poner fin a la carrera de armamentos, dicho lo cual, y tras aludir a la necesidad de que "el Todopoderoso corone con el éxito nuestros esfuerzos y diriga nuestra marcha", fue despedida con grandes aplausos.

Hoy intervendrá ante el pleno de la Conferencia de Nairobi Carlota Bustelo, presidenta de la delegación española.

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