La 'nacionalidad' de los emigrantes

Una carta titulada Los emigrantes andaluces (EL PAIS del 4 de julio), firmada por Gonzalo Crespo, director general de Emigración (sic), de Sevilla, me alude por los conceptos que vertí en una anterior mía, Los emigrantes interiores- en España, sobre el hecho de que la Junta de Andalucía estuviera organizando un "retorno planificado" de los emigrantes. Entrando en una cuestión que será quizá espinosa para el señor Crespo, y sin ánimo de encrespar las cosas, precisaré que está claro, con referencia a la nacionalidad-ciudadanía civil, que, según el Código Civil Español y, naturalmente, según el Codi de Dret Civil Catalá, debe demostrarse la residencia de, por lo menos, dos años en Cataluña y solicitar la ciudadanía civil - en forma fehaciente para tener la plenitud de los derechos, especialmente los políticos, a ejercer en el seno de la indicada comunidad autónoma. Por tanto, no todos los inmigrados en Cataluña, procedan de la región que sea, están en capacidad -diga lo que diga el Estatut- de ser electores o elegibles en las convocatorias para el Parlament.Sin embargo, pasados 10 años de residencia continuada en cualquier municipio batalán, el inmigrado, aunque no lo sepa, adquiere automáticamente la condición de veí (vecino) / ciudadano catalán. El estado de confusión político-social que se ha creado procede, a mi modo de ver, del modelo del Estado de las autonomías. Así, cuando el Estatuto de Andalucía establece la posibilidad (no la seguridad, según entiendo) de reconocimiento de las comunidades andaluzas (sic) asentadas fuera de Andalucía renuncia específicamente al otorgamiento de derechos políticos, lo que viene a significar, a sensu contrario, "el reconocimiento de la plena ciudadanía en las comunidades de acogida" y eso no quiere decir que las demás comunidades (a las que evidentemente no afecta el Estatuto de Andalucía) se vean obligadas a "corresponder" por ello a sus decisiones.

Y termino diciendo que me he preocupado de encuestar a mi alrededor sobre cómo se entiende esté problema de nacionalidades a nivel de calle, y tengo la constancia de que muchas personas que viven en Cataluña y votan en las elecciones para el Parlament se consideran, sin embargo, no catalanas. Ello es contradictorio, a mi modo de ver, pero es así.-