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Huelgas y acciones de protesta en Cataluña contra las rescisiones de contratos

La conflictividad laboral ha presidido el comienzo de la semana en Cataluña. Los 4.000 trabajadores de los centros catalanes de Motor Ibérica realizaron ayer una huelga en protesta por el plan de viabilidad propuesto por la empresa, que supone la reducción de 1.000 puestos de trabajo, y contra las condiciones del convenio. Los trabajadores de la empresa Montesa, que ha anunciado la rescisión de 286 puestos de trabajo, comenzarán el próximo lunes una huelga indefinida. Por otro lado, el pasado lunes, los trabajadores de Celo, de Sant Adrià de Besòs (Barcelona), retuvieron a tres directivos durante seis horas en protesta por el cierre de la empresa.

Un 95% de los trabajadores de Motor Ibérica de Cataluña secundó ayer la huelga en los centros de Zona Franca, Poble Nou y Monteada. La huelga, en una empresa que cuenta con 4.000 trabajadores en Cataluña y 7.000 en toda España, es consecuencia de un largo proceso de negociación. Las negociaciones han llegado a un punto muerto, al negarse los trabajadores a aceptar la reducción de 1.000 empleos y oponerse a las condiciones propuestas por la empresa para el convenio unificado. Los trabajadores exigen un incremento salarial del 8,5%, mientras que la empresa ofrece un 6,5% sin revisión.Por otro lado, los 438 trabajadores de la empresa de motocicletas Montesa de Esplugues (Baix Llobregat), iniciarán el próximo lunes una huelga indefinida, con encierro en el interior de la factoría, como medida de presión para reclamar el pago de seis mensualidades que la empresa les adeuda, según informa Joan Lloret Devesa. La dirección de Montesa obtuvo el pasado día 21 de junio el beneplácito de la Dirección General de Trabajo para la rescisión del contrato de 286 trabajadores, lo que supondrá el despido del 67% del total de la plantilla. Las cantidades adeudadas a los trabajadores oscilan entre 400.000 y 500.000 pesetas por persona.

Por otro lado, unos 150 trabajadores, de una plantilla de 300, de la multinacional belga Celo, retuvieron a última hora de la tarde del lunes a tres directivos de la compañía, según informa Joaquima Utrera. Los directivos pudieron salir de la fábrica seis horas más tarde, tras la intervención de la policía.

El conflicto comenzó cuando el director general, Paul Fourez, comunicó a 150 trabajadores, reunidos en el patio de la empresa, el cierre de la sociedad y la rescisión de la totalidad de los contratos. Ante la noticia, los trabajadores decidieron retener a los tres directivos hasta que accedieran a negociar la posibilidad de convertir la empresa en una sociedad anónima laboral.

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