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Escasas pistas en el caso del 'Rainbow Warrior'

La policía de Nueva Zelanda no tiene aún pistas concretas sobre la autoría del atentado que provocó en la noche del pasado miércoles el hundimiento del barco Rainbow Warrior, perteneciente a la organización ecologista internacional Greenpeace, y la muerte de uno de sus tripulantes. No obstante, se está intentando encontrar a un ciudadano francés, cuya identidad no ha sido revelada, que estuvo entre las personas que visitaron el Rainhow Warrior poco antes del atentado, y que abandonó Nueva Zelanda en dirección a la isla de Tahití poco después, así como al carguero francés Helene Delmas, que el pasado viernes dejó el puerto de Auckland.

La policía neozelandesa encontró también el viernes, en una playa cercana al puerto de Auckland, un bote inflable, abandonado poco antes de la explosión que hundió el barco de Greenpeace. La organización ecologista no ha recibido aún ninguna llamada reivindicando el atentado.La tripulación ecologista del Guerrero del Arco Iris declaró a la policía que habían visto a un hombre que "hablaba en francés" haciendo una visita por el barco. La policía ha dicho que, aunque lo están buscando, también han hablado con todo aquel que estuvo a bordo antes de la explosión, y que no existe ninguna sospecha fundada sobre él, como tampoco sobre el carguero francés Helene Delmas, que llevaba toda la documentación en regla.

La tripulación de este barco, que tiene su base en La Rochelle, será interrogada en su próxima escala, en el puerto de Lyttelton, al sur de Nueva Zelanda.

Los habitantes de una playa cercana al puerto declararon haber visto a un hombre bajar de una lancha neumática y abandonarla después, dos horas antes de que la explosión hundiera el Rainbow Warrior.

Dos directores mundiales del colectivo ecologista y cinco representantes de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda iban a unirse en Auckland a la travesía de protesta del Rainbow Warrior contra las explosiones atómicas francesas en el atolón de Mururoa y pensaban dormir la noche del miércoles a bordo del barco, pero cambiaron de opinión a última hora.

20 kilos de explosivos

Uno de los directores de Greenpeace, Patrick Moore, ha declarado que seguramente el atentado iba dirigido contra ellos. Moore ha señalado también que resulta absurdo dirigir las pesquisas a individuos de determinadas nacionalidades. En el atentado falleció el fotógrafo Fernando Pereira, de 35 años, de origen portugués y nacionalidad holandesa.Los buceadores de la marina neozelandesa creen que cada una de las bombas utilizadas para hundir el Rainbow Warrior contenía 20 kilogramos de explosivos. El jefe del equipo, Mike Ramsay, ha descartado que se tratase de minas magnéticas, ya que éstas no contienen más de cinco kilogramos de explosivos, lo que no se corresponde con los grandes destrozos causados.

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