España, a la búsqueda de un equilibrio diplomático en el Magreb
Se olvida a menudo que España es el único país de Europa que tiene una frontera común con un país del Magreb. Una frontera estrecha, sin duda, pero conflictiva, la que separa Marruecos de Ceuta y de Melilla, los dos enclaves españoles sobre la costa norteafricana, reivindicados por el reino marroquí. Es una razón suplementaria entre otras para que África del Norte constituya una de las prioridades de la diplomacia de Madrid.Ha sido necesaria la llegada de los socialistas al poder, en diciembre de 1982, para que España comenzase a elaborar una política de conjunto con respecto a los Estados del Magreb. País mediterráneo, se había ocupado de los países más allá de los Pirineos antes de prestar atención a sus vecinos del Sur. ( ... ) En Madrid, la amenaza del Este, tan sentida y a la moda en los países de Europa occidental, no está presente en la opinión pública ( ... )
Al decidir mirar de ahora en adelante con más atención hacia África, España no piensa solamente en sus fronteras terrestres, sino también en sus límites marítimos. Las preocupaciones de los militares en ese aspecto se unen a las de los diplomáticos. "La proyección internacional de este país y su política de defensa están fundadas sobre su capacidad de controlar el estrecho de Gibraltar, que constituye uno de los puntos claves del globo", afirma un oficial superior de la Marina. "Es la razón por la que convenía acordar una importancia particular a esta zona, que durante mucho tiempo hemos descuidado". ( ... )
Definir una política para el Magreb no era cosa fácil. Era necesario, en principio, tranquilizar las susceptibilidades respectivas de Argelia y de Marruecos, escrutando cada uno con atención los hechos y gestos del Gobierno de Madrid frente al problema del Sáhara occidental. Pues España, en ese conflicto, no puede exonerarse de responsabilidad ( ... )
