La protesta de los farmacéuticos, sin grandes repercusiones en los usuarios

La huelga a la japonesa (trabajar más tiempo del horario habitual) secundada ayer por un número todavía no precisado de las 17.000 farmacias que existen en España no tuvo apenas repercusiones en los usuarios debido a las especiales características de esta protesta promovida por los colegios de Farmacéuticos contra el borrador del anteproyecto de ley del Medicamento.La medida de fuerza de los farmacéuticos consistió en mantener las oficianas de farmacia abiertas cuatro horas más del tiempo normal, desde las ocho de la tarde hasta las 12 de la noche. Paralelamente, los farmacéuticos explicaron mediante carteles informativos colocados tanto en el interior como en el exterior de sus establecimientos los motivos que les empujan a protestar contra el borrador de ley del Medicamento.

Con esta actitud los farmacéuticos han pretendido advertir a la Administración "de su cohesión corporativa de profesionales libres y avisar a la sociedad de los peligros de masificación colectivista de las prestaciones sanitarias que se ciernen sobre todos los ciudadanos". Los farmacéuticos estiman, de acuerdo con una nota emanada de la asamblea general de Colegios, que el Gobierno "amenaza con una farmacia a la húngara sin libertad de elección, con cupos de pacientes (cartillas), funcionarios en lugar de farmacéuticos y reducción de medicamentos sin pensar en el enfermo ni en sus problemas".

La protesta de los farmacéuticos fue casi exclusivamente patronal, puesto que los sindicatos CC OO y UGT desaconsejaron secundarla. Los farmacéuticos recibieron también duras críticas por parte de asociaciones progresistas del ámbito sanitario. Por su parte la Administración Sanitaria calificó esta medida de excesiva y anticipada.