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El hijo de Santiago Ramón y Cajal niega que su padre fuera misógino

En cumplimiento de la sentencia de 8 de junio de 1985 dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 15 de Madrid, el diario EL PAIS procede a publicar la nota de rectificación enviada por los herederos de don Santiago Ramón y Cajal.

Madrid, 22 de mayo de 1985.Sr. Director del periódico EL PAÍS. Madrid.

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La sentencia no considera suficiente la publicación de una carta al director

Como hijo y heredero de D. Santiago Ramón y Cajal hago uso del derecho de rectificación al amparo de la ley orgánica 2/84, de 26 de marzo, con referencia a hechos de citas inexactas, en contenido o sentido, de obras literarias de mi padre, en la información publicada en EL PAÍS de 16 de mayo de 1985, página 30 entera, bajo el título Misóginos, cínicos y benevolentes / Santiago Ramón y Cajal. Rectificación y aclaración para la que también me legitima el evidente perjuicio que tales citas inexactas ocasionan a la memoria de mi fallecido padre y a su obra, al derivar de las mismas Sacramento Martí, que en concepto de autor aparece en dicha información, calificativos para Ramón y Cajal tales como "cínico", "comportamiento oportunista" e ironía con que Martí emplea los de "gran maestro" y "sabio nacional". Son los siguientes los hechos inexactos de citas a que concretamente dirijo esta rectificación y aclaración:

Primero. Las resumidas alusiones y citas fragmentarias que Sacramento Martí hace de Charlas de café deforman y cambian el verdadero y propio sentido del texto original. La directa lectura de Formica ferox (página 256 de aquella obra) acredita que mi padre sitúa este trabajo literario en los capítulos dedicados a humor y anécdotas, comparando las guerras de los insectos carnívoros con las de los hombres, esto en 1919, en que terminó la I Guerra Mundial, y con una intencionalidad pacifista completamente ajena a la antifeminista que con mutiladas citas viene a resultar de modo inexacto en la información de Sacramento Martí. De toda la obra de Cajal no resulta verazmente otra cosa que la coherencia con su básica tesis de la igual capacidad intelectual de ambos sexos, bien que perturbada ecosicológicamente por el "efecto atmósfera" consecuente a la presión institucional o social.

Segundo. No es cierto que en la personalidad humana de mi padre se diera el hecho o estado de "complejo de Edipo" que le atribuye Sacramento Martí, por quien, además, se utiliza un concepto de complejo de Edipo sumamente particular y original, ya que lo identifica con admiración con el padre. En toda la obra de Cajal no hay hecho o texto alguno constitutivo de síntoma para el diagnóstico que se le hace a Ramón y Cajal en precipitada incursión en el campo del psicoanálisis.

Tercero. Bajo el epígrafe Líneas de conducta para la mujer, Sacramento Martí recorta, entremezcla y reconstruye con alteración del propio sentido textos de mi padre insertos en su obra Tónicos de la voluntad (no Tónicos de la vejez, como también equivocadamente la titula Martí), omitiendo la recomendación básica de Cajal de "buscar en la elegida de su corazón", pues aquí Cajal se dirige exclusivamente al científico o investigador, más que la belleza y dinero, sentimientos y gustos que sean complementarios. Incluso equivoca los hechos Sacramento Martí al referirse al ejemplo que pone Cajal en la colaboración asidua del matrimonio Curie, al decir Martí que mi padre confundió el ejemplo por ser ya entonces conocido y notorio que fue precisamente la esposa la verdadera artífice de los descubrimientos de ambos. Sin embargo, tanto entonces como ahora, lo notorio es que el "radium" fue descubierto por su labor conjunta en 1898 y, fallecido Curie en 1906, naturalmente fue su esposa la que en solitario hizo importantes descubrimientos. Esto aparte de que mi padre cita otros ejemplos de colaboración investigadora en matrimonios e científicos (Dejérino, Nagotte, Vogt) y no sólo el matrimonio Curie.

Cuarto. En ningún texto de Cajal se sustenta la tesis de existencia de una tipología diferenciada de "talento y cultura viriles" o del carácter viril de la cultura y el talento", como atribuye a mi padre Sacramento Martí. Siguiendo Cajal en sus consejos a los jóvenes científicos para la elección de esposa, todo ello dentro del ambiente social de su época, no les recomienda las literatas de talento y cultura viriles porque suelen adquirir aires de dómine (Tónicos de la voluntad, 10ª edición, página 113). La deformación de sentido también resulta aquí patente.

Le saludo atentamente.

Firmado: Luis Ramón y Cajal Fañanás. Médico. Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad. Miembro de Honor del Club Cajal de Neurología de los Estados Unidos de América. DNI 710.914.

P. D. Para la presentación de este escrito delego en mi hija María Ángeles Ramón y Cajal Junquera. DNI 41.055. Y señalo para notificaciones mi domicilio en Alfonso XII, 64, 32. 28014 Madrid.

Don Blas Piñar López, doctor en Derecho y notario de Madrid y de su Ilustre Colegio.

Doy fe: Que conozco y son legítimas las firmas que anteceden de don Luis Ramón y Cajal Fañanás.

Madrid, 22 de mayo de 1985.

Yo, don Blas Piñar López, doctor en Derecho y notario de Madrid y de su Ilustre Colegio.

Doy fe: Que la presente fotocopia, que va extendida en tres folios del papel de los Colegios Notariales de España, de la serie D, números 887.138, 887.139 y el del presente, todos los cuales rubrico y sello, es idéntica a la que figura unida a la matriz número 1.864 de mi protocolo general corriente de instrumentos públicos.

Madrid, 27 de mayo de 1985.

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