No saben perder

Soy una vasca residente en Madrid y me siento tan española como el que más. Pero, lamentablemente, tengo que reconocer que el día de la final me sentí avergonzada, como española, del tratamiento que se dio a los aficionados del Athlétic de Bilbao. He leído los comentarios sobre el partido en diferentes periódicos del abanico ideológico local y en ninguno he visto reflejado lo que vieron mis ojos. De forma generalizada se achacaban los disturbios al no saber perder de los energúmenos de la hinchada vasca. Pues bien, los incidentes empezaron antes del partido (y no después), concretamente al final de la segunda parte del encuentro de los juveniles, cuando un aficionado vasco saltó al campo con la supuesta intención de colocar una bandera de su equipo. En seguida se abalanzaron sobre él varios policías nacionales, lo que provocó que se tiraran algunos botes y almohadillas. Y se me contestó: "Ya verás como si los del Atlético de Madrid hacen lo mismo no van a por ellos". Yo, ingenua de mí, se lo rebatí. Pero así fue la decepción. Acto seguido veo aparecer casi una compañía de la Policía Nacional y se colocan cara al público del Athtétic, como si de contener a unas fieras se tratara. Pensé para mí: "La policía irá a instalarse alrededor de todo el campo para evitar algo parecido a lo del Liverpool. Por eso, cuando cantaban mis paisanos "que se vayan" (canción que siempre me ha molestado), traté de calmarlos nuevamente. Pero cuál no fue mi sorpresa cuando en el fondo norte sólo vi algún que otro policía, de espaldas al público, sentados y viendo apaciblemente el partido, mientras (tengo constancia. de ello) allí se pusieron tracas, tiraron cohetes (yo creía que eso estaba prohibido), se quemó una ikurriña, se hacía mal uso de la bandera nacional, que no tenía que estar allí, pues es de todos, y, que yo sepa,allí no jugaba ningún equipo extranjero, etcétera. Pero claro, en un lado estaban los buenos y en el otro los malos.

¿Es ésta la mano izquierda y la visión política de nuestras autoridades políticas? Si un dirigente de Herri Batasuna hubiera dirigido a las fuerzas de orden público no lo hubiera hecho mejor para ganarse adeptos. Pues esto es lo que a fin de cuentas y lamentablemente, en mi opinión y en la de muchos otros vascos, se habrá conseguido. Y no sigo con otro tipo de provocaciones que oyeron mis oídos por no cansar a los lectores.-

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