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Las enmiendas del Grupo Socialista al proyecto exigirá una elevación de las dotaciones a la Seguridad Social

ENVIADO ESPECIAL Las enmiendas que el Grupo Socialista ha introducido en el trámite parlamentario del proyecto de reforma de las pensiones y las que pueda presentar en los próximos días, como consecuencia de los contactos mantenidos entre el PSOE y UGT, reducirá sustancialmente el ahorro de 44.000 millones de pesetas inicialmente previstos para el próximo año. Además, forzará al Ejecutivo socialista a elevar las dotaciones del Estado a la Seguridad Social. Ambas consecuencias fueron reconocidas ayer por Antonio García de Blas, secretario de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.

García de Blas consideró necesarias nuevas reformas y reveló que el Ministerio de Economía y Hacienda pretende aumentar para 1986 dicha dotación desde los actuales 754.000 millones de pesetas a unos 900.000 millones, mientras que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social defiende el aproximarse al billón de pesetas.

Las transferencias del Estado a la Seguridad Social, inclinadas a crecer año tras año, y el coste de mantener las empresas públicas fueron analizadas ayer como los dos principales agentes de déficit público, dentro del curso sobre el tema que dirige el profesor Fuentes Quintana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander.

García de Blas calificó la Seguridad Social de "primer problema del país a corto y largo plazo". Consideró la reforma de pensiones como un conjunto de medidas contra el fraude, insuficientes para lograr el equilibrio financiero que necesita el sistema público de protección si se quiere asegurar su futuro.

Tras indicar que en los próximos años los cotizantes aumentarán en un millón de personas y los pensionistas en casi dos millones, lo que exigiría sextuplicar la aportación estatal y llegar a los 3,6 billones de pesetas en 1993, García de Blas tachó de conservadoras las estimaciones sobre la expansión del gasto en que se ha basado el proyecto reformador del Gobierno.

Reforma sanitaria

Primero, porque no incluyen los gastos de desempleo, cubiertos en parte a través de la Seguridad Social y que crecerán 220.000 millones de pesetas durante el próximo trienio por efecto de la ley básica de Empleo, aún en caso de que baje el paro de forma significativa. Segundo, porque la reforma sanitaria costará más de los 105.000 millones de pesetas de 1985 estimados como adicionales al billón actual por el Ministerio de Sanidad y Consumo. Tercero, porque los ahorros de gestión calculados pueden ser dificiles de lograr.

Para el próximo año, el gasto de la Seguridad Social está abocado a superar los cuatro billones de pesetas, 206.000 millones de pesetas más que los ingresos, después de que el Estado aporte los 890.000 millones de pesetas inicialmente previstos en el programa económico del Gobierno.

Sobre estas cantidades, el proyecto de reforma de las pensiones intentaba ahorrar 44.000 millones de pesetas durante el ejercicio de 1986. Sin embargo, la enmienda que subirá a 14.000 pesetas mensuales las prestaciones de carácter asistencial a personas que no cotizaron, rebajará dicho ahorro en unos 14.000 millones de pesetas.

García de Blas afirmó que, de cara al futuro, además de cambiar la estructura de los ingresos, habrá que modificar los grados de invalidez y las pensiones de viudedad, así como estudiar la baja de la pensión máxima (congelada en los dos últimos años), e, incluso, el retraso de la edad de jubilación.

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