_
_
_
_

El Ayuntamiento solicita el embargo de todos los bienes de dos trabajadores de la oficina de recaudación de Ciudad Lineal

Amelia Castilla

El Ayuntamiento de Madrid solicitó el pasado sábado, en el juzgado de guardia, el embargo de todos los bienes y metálico existente en las cuentas corrientes de Francisco Merino Conde y José Monge Antolín, procesados por un presunto delito de malversación de fondos de 361 millones de pesetas. El recaudador de la zona, Francisco Merino Rodríguez, que está ingresado en la cárcel de Carabanchel, está procesado por el mismo delito. El Ayuntamiento ha pedido también el procesamiento de Carlos Miguel Pérez Vielva, cajero

Merino Conde, hijo del recaudador, y Monge se encuentran en libertad provisional, con fianza de 361 millones de pesetas cada uno, que deberán depositar en el juzgado esta semana. Los bienes de Merino Conde que el Ayuntamiento solicita sean embargados son: siete pisos y un chalé, situados en Madrid y en la localidad de Las Rozas; dos vehículos, un Talbot Horizon diesel y un Mercedes, y tres cuentas corrientes. Los bienes de Monge Antolín son: dos pisos y un automóvil, marca Peugeot 1800, y tres cuentas corrientes.Pérez Vielva, segundo cajero, la persona para la que se solicitó el sábado su procesamiento, dirigía durante el verano la oficina. El empleado reconoció en sus declaraciones en el juzgado que había pasado inspecciones y había entregado cantidades procedentes de fondos públicos para gastos particulares del recaudador, como la cantidad de 400.000 pesetas para una piscina.

"El empleado, que dispone de tres pisos de su propiedad, no podía adquirir dichos bienes con el sueldo que tenía", según el Ayuntamiento. El recaudador, que pasaba largas temporadas en un chalé de la Manga del Mar Menor (Murcia), reconoció en sus declaraciones que Monge y Pérez Vielva llevaban la oficina durante su ausencia.

Cuentas piratas

Fermín Merino Rodríguez, recaudador municipal de la oficina de recaudación de Ciudad Lineal, que permanece detenido en la prisión de Carabanchel desde el pasado día 31 de mayo, disponía del dinero que detraía de las arcas municipales en métalico en la misma oficina o lo ingresaba en una cuenta particular pirata del Banco Guipuzcoano, según consta en el auto de procesamiento dictado por el Jugado de Instrucción número 31, que instruye las diligencias sobre un descubierto de 361 millones de pesetas. El recaudador anotaba en un cuaderno las cantidades que recogía, según el auto.Fermín Merino, que llevaba al menos cuatro años adueñándose de fondos públicos, conseguía burlar las inspecciones municipales utilizando tres mecanismos diferentes: "Autocargándose recibos cobrados y no ingresados en las arcas municipales; sustituyendo los recibos cobrados y no abonados al Ayuntamiento por las notificaciones realizadas a los contribuyentes, y que eran cantadas en las distintas inspecciones como si estuvieran los recibos; y grapando las certificaciones de descubierto cobradas por la recaudación, de tal manera que al pasar la inspección no se percatasen de que habían sido abonados por los particulares y entregadas las copias correspondientes", según el auto.

En estas actividades contaba con la connivencia de su hijo Francisco Merino Conde, auxiliar de recaudación. Francisco Merino Conde compartía una cuenta corriente con su padre, domiciliada en la oficina del Banco Central situada en el número 10 de la calle de Enrique Larreta. El auto de procesamiento informa que "padre e hijo contaban con la inestimable colaboración de José Monge Antolín, auxiliar mayor de la recaudación, que se encargaba de rectificar los estados de cuentas a fin de que coincidiera lo ingresado en las arcas municipales con la presunta recaudación".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Fermín Merino transfirió dinero a la cuenta que compartía con su hijo en el Banco Central, entre otras cosas, para pagar un coche, así como para comprar un chalé adosado en la urbanización El Abajón, situada en la localidad de Las Rozas.

José Monge, auxiliar mayor de la oficina de recaudación, que también ha sido procesado por malversación de fondos públicos, reconoció en sus declaraciones que le constaba que se estaba defraudando al Ayuntamiento y que disponía los ingresos en las cuentas puente a favor del padre y del hijo.

Por otra parte, el recaudador manifestó en el juzgado, en el curso de uno de los careos que se han llevado a cabo a lo largo de la semana pasada entre los tres procesados, que una hija de Monge se llevaba a diario de la oficina 10.000 pesetas para hacer la compra. El juzgado ha citado a declarar de nuevo a una sobrina del recaudador que también trabajaba en la oficina. Al parecer, fue esta empleada la que comunicó a su tío que una hija de Monge recogía dinero.

La irregularidad contable que dio lugar a estas actuaciones fue detectada en la inspección fiscal de 1985. El recaudador, que se ausentó de Madrid al ser descubierto, se presentó después voluntariamente ante el juez.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_