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Ciertos latidos de ausencia en incierta soledad

La bolsa busca la subida sorteando todas las reservas anteriores y olvidando los miedos de hace unas semanas. Los analistas esperaban que se atemperase el impulso alcista hasta que se conocieran os cambios ministeriales. Pero la paciencia faltó a la cita y de nuevo el índice general apuntó hacia arriba, con una ganancia de 1,39 puntos.Cuando se busca esa divina perfección en la subida cada vez se aleja uno más de lo humano, es decir, de la imperfección y de la duda. Así, los mismos elementos que antes sembraban el desconcierto ahora cosechan optimismo. En la etapa bajista influyeron de forma excesivamente negativa y ahora continúan sobrevalorados, sólo que en sentido positivo.

Por ello no es de extrañar que algunos operadores no se encuentren cómodos ante lo que consideran una elevación demasiado fuerte en un corto plazo de tiempo y sin que haya habido por medio nuevos elementos de análisis. Claro, que no se puede olvidar el sentimiento de los inversores, que termina por crear o modificar una tendencia. Ahora ese feeling se dirige hacia metas claramente alcistas, por lo que las reservas de unos pocos pueden terminar siendo algo parecido a las sombras de la caverna platónica.

.Concretamente, parece -aunque aún no hay ninguna confirmacion- que se refuerza la línea Boyer. Pero no hay novedades en el tema de los intercambios de activos eléctricos -se supone que éste ha sido un factor de incertidumbre- e incluso se rumorea que la solución no está tan a la vuelta de la esquina como se ha escrito. Además, el precio del dinero no baja y, por el contrario, el banco emisor volvió ayer a intervenir en el mercado con una subasta de préstamos de 301.700 millones de pesetas al 14,125%, un cuartillo más alto que en la semana anterior.

Los expertos, de todas formas, apuestan de forma mayoritaria, aunque no unánime, en favor de un descenso de los tipos de interés, basándose en argumentos como ese aumento de 367 millones de dólares en la reserva de divisas, el superávit en la balanza de pagos de 211 millones de dólares en ese mismo mes, junto a los intentos para frenar la inflación, con la autorización para importar 2.000 toneladas de carne de pollo subvencionada y la posibilidad de que una rebaja en la retribución de los 600.000 millones de pesetas en pagarés del Tesoro que vencen este mes no ponga en peligro los resultados de la banca, aunque este extremo no está demasiado claro. Tampoco se puede olvidar que las esperanzas sobre la favorable modificación del tratamiento fiscal para las plusvalías no son reales todavía y que el mercado puede enfrentarse a una crisis si al final los rumores no se plasman en realidad.

Quizá por todo ello las instituciones se mantienen en actitud tímidamente compradora en espera de que la bolsa supere limpiamente el nivel en el que se encontraba en el momento del descenso. Aunque aquí existen algunas diferencias de interpretación, esa cota se situaría en torno al 110, 14%, la posición que marcó el índice general el pasado lunes 10 de junio. Si la subida sobrepasa esa cifra las instituciones entrarán decididamente en el mercado; en caso contrario habrá fugas.

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