Francia no acepta ser carcelera de personas "injustamente retenidas"

, Francia hará todo cuanto esté en su mano para poner fin a los sufrimientos físicos y psíquicos de los rehenes en poder de los shiíes libaneses, pero no está dispuesta a actuar como mediadora ni como guardiana de personas inocentes injustamente retenidas, según afirmó ayer el ministro de Exteriores, Roland Dumas, quien añadió que su país sí aceptaría, en cambio, recibir a personas ya liberadas.

El Gobierno francés rechaza la posibilidad, sugerida por Nabih Berri, de que los rehenes permanezcan en la Embajada de París en Beirut hasta que Israel libere a los 735 prisioneros libaneses que se encuentran en su poder. "La liberación de los rehenes", precisó Dumas, "tiene que ser incondicional".

El Gobierno de París participa activamente desde hace 48 horas en las negociaciones para terminar con el secuestro de los viajeros del Boeing de la TWA y de los cuatro ciudadanos franceses (dos diplomáticos, un periodista y un investigador) que permanecen como rehenes de los shiíes.

Según fuentes norteamericanas, Roland Dumas ha mantenido conversaciones telefónicas con su colega estadounidense George Shultz para obtener garantías de que los prisioneros libaneses serán puestos en libertad, coincidiendo con la entrega por parte de los shiíes de los rehenes norteamericanos y franceses a los representantes diplomáticos de París.

El ministro francés insistió en la voluntad del Gobierno de París de comportarse con "prudencia y dignidad" y de mantener contactos con todas las partes afectadas, comprendidos los países occidentales que los shiíes desean implicar en la negociación. El jefe de la diplomacia francesa insistió en que su país está dispuesto a recibir a "personas liberadas y no a rehenes". "No entraremos nunca en un trapicheo que afecta a la vida de personas inocentes, ni nos convertiremos en carceleros de nadie", afirmó el ministro.

Dumas añadió que, por el momento, se mantenía en contacto con su homólogo de Estados Unidos y con el primer ministro israelí, Simon Peres, pero se negó a dar detalles sobre estas conversaciones. "No soy ni optimista ni pesimista, sino realista", concluyó el ministro francés de Exteriores.