_
_
_
_

La Audiencia Provincial deniega el procesamiento de los policías acusados de maltratar a un abogado

La Audiencia Provincial de Madrid ha denegado el procesamiento de siete policías, en relación con los presuntos malos tratos a varias personas, entre ellas al abogado Luis María Figueroa Cuenca, que intervino en favor de unos detenidos supuestamente agredidos por los policías en el barrio madrileño de Malasaña el 29 de abril de 1982. El titular del Juzgado de Instrucción número 12, Jesús Peces-Morate, remitió la causa a la Audiencia Provincial "dada la condición de personas aforadas de los presuntos autores". La Audiencia Provincial ha resuelto devolver al juez las actuaciones, por "no haber lugar al procesamiento" de los policías.

Más información
El tribunal no admite el escrito que sugiere que se inhiba el magistrado Mariano Rodríguez

Los hechos que dieron origen a la causa penal que correspondió instruir al magistrado Peces-Morate se produjeron la noche del 29 de abril de 1982 en el barrio madrileño de Malasaña y en las dependencias policiales a las que fueron conducidos seguidamente los detenidos. Según él abogado Figueroa, hacia las 0.30 horas, cuando se encontraba tomando una copa oyó un disparo y salió a la calle, en donde, al observar que unos individuos de paisano daban patadas en la cabeza a unos jóvenes, les pidió que cesaran en su actitud.Según esta versión, los incidentes se iniciaron cuando dos coches policiales camuflados circulaban por la calle San Vicente Ferrer, muy estrecha, y uno de ellos lo hacía a gran velocidad, por lo que un transeunte llamó la atención del conductor "dando un leve golpe en el techo del vehículo, que se detuvo de inmediato saliendo rápidamente sus ocupantes, sin previa identificación y pistola en mano".

Figueroa afirma que cuando uno de los policías le mostró la placa, se retiró, pero que el subcomisario Francisco Tudanca Núñez, ocupante de un segundo coche, también camuflado, dio la orden de "detener a ese, por obstruir". Asegura que fue sujetado por los brazos por el inspector de primera Luis Fernando Gallego Santos y por otro funcionario policial, y seguidamente otro le dio un rodillazo en los testículos. Asimismo, Figueroa denunció que el propio Gallego le propinó "un puñetazo en la cabeza y le amenazó de muerte" y que el inspector de segunda José Manuel Anseán Fernández llamó repetidamente a Figueroa "hijo de puta".

La versión policial sobre estos hechos fue que cuando las dotaciones de dos coches k circulaban por la calle San Vicente Ferrer para detener al autor de un atraco que, al parecer, frecuentaba los alrededores de la plaza del Dos de Mayo, el segundo de ellos "Fue interceptado por un numeroso grupo de individuos que, sin motivo alguno y en aparente estado de embriaguez muchos de ellos, comenzaron a golpear con botellas, puños y pies la carrocería, así como a insultar a los ocupantes" La policía añadió que "los funcionarios se apearon y se dieron a conocer como policías, lo que parece desató aún más la agresividad de tales sujetos, que atacaron físicamente a los inspectores".

Según esta versión, los funcionarios lograron "reducir y esposar a tres de los agresores, que no cesaban en sus insultos y en incitar a las personas que había en la calle a atacar a los funcionarios", cuando alguien se destacó del grupo y llamó "impostores a los actuantes, lo que da lugar a que una masa de individuos los ataque y se generalice una agresión tumultuaria".

Tras las diligencias realizadas, el juez Peces-Morate estimó que los hechos "pudieran ser constitutivos del delito de malos tratos a detenidos". En consecuencia, remitió la causa a la Audiencia Provincial, cuya Sección Quinta resolvió, por auto del 20 de mayo de 1985, que no ha lugar al procesamiento de ninguno de los policías implicados. El tribunal considera que el origen de los hechos fue "una actitud de franca resistencia y agresividad a los funcionarios del Cuerpo Superior de Policía ( ... ), hasta el extremo de resultar heridos varios de ellos, con daños en sus efectos personales y en uno de los vehículos que ellos ocupaban" y que los supuestos malos tratos a detenidos "no se estiman suficientemente acreditados y menos aún individualizados".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_