La tolerancia europea es grande, pero no perdona el robo de coches
G. G. La organización Gallup ha seleccionado 22 hechos sociales con temporáneos para establecer un índice de permisividad o tolerancia social; los entrevistados debían calificar cada uno con ayuda de una escala de 10 puntos desde "jamás justificado" (valor 1) hasta "siempre justificado" (valor 10).
La cuota media general de cada hecho social permite establecer un índice de permisividad nacional que para los países europeos de la CEE ha dado los siguientes resultados: Francia, 317; Holanda, 311; Dinamarca, 282; España, 268; República Federal de Alemania, 264; Reino Unido, 262; Bélgica, 261; Italia, 238 e Irlanda, 212.
Según tales datos, España se sitúa respecto a los otros países comunitarios en un lugar intermedio Francia (máximos niveles de permisividad) e Irlanda (mínimos ni veles).
Gallup hizo la presentación de los resultados en la forma del cuadro adjunto, lo que hace posible distinguir la permisividad ante los hechos descritos en función de las escalas de autoposicionamiento político y religioso.
El hecho juzgado con más severidad por los europeos es lo que en España llamamos robar un coche, seguido del asesinato político, tomar drogas blandas, etcétera. Al contrario, la mayor benevolencia se aprecia en hechos tales como matar en defensa propia, el divorcio, el aborto y la eutanasia.
En medio de ambos grupos, encontramos aspectos de la conducta muy al orden del día en las sociedades europeas y que son frecuentemente tratados en los medios de comunicación.
Sexo y drogas
Desde el punto de vista de la moral sexual y de aquellos hechos que tienen sus consecuencias sobre la propia persona, encontramos una tolerancia descendente: es más grave tomar drogas blandas que practicar la prostitución o la homosexualidad. Los países europeos son más tolerantes con las relaciones extramatrimoniales que con el divorcio.
Otros hechos basados en una definición de moralidad autointeresada, por ejemplo comprar objetos robados, mentir en propio beneficio, no pagar en los transportes públicos o aceptar sobornos cuando se tienen cargos, tienen una valoración de escasa permisividad. Esta percepción es muy semejante en todos los grupos estudiados: gentes de izquierdas o de derechas, religiosos o no religiosos, confieren a los hechos descritos más o menos el mismo grado de permisividad.
Intransigencia religiosa
Otro grupo de hechos sociales que podríamos considerar bajo la calificación de moralidad legal tienen también su índice decreciente de permisividad, que va desde beneficiarse de ventajas estatales, cuando no se poseen los requisitos necesarios, hasta atemorizar a los trabajadores que no siguen una huelga o robar un coche.
Por último, la encuesta permite extraer conclusiones acerca de la relación entre permisividad social e ideología política o religiosa. En general, los izquierdistas y los ateos son más permisivos que los derechistas y los religiosos.
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