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Admitida una enmienda centrista que suaviza el acceso a la pensión de invalidez

Los socialistas aceptaron ayer, en la Comisión de Política Social y Empleo del Congreso de los Diputados, una enmienda del Grupo Centrista al proyecto de reforma de pensiones que suaviza los requisitos para acceder a la pensión por invalidez. Salvo en este caso, la totalidad de las enmiendas fueron rechazadas en una reunión presidida por el convencimiento más absoluto de que los argumentos de la oposición chocarían siempre contra el muro infranqueable de la mayoría detentada por el PSOE.

La propuesta de los centristas, defendida por Manuel Núñez, introduce respecto al texto de la ponencia una mejora sustancial en los requisitos exigidos para poder acceder a la pensión por invalidez. Fuentes socialistas reconocían que los argumentos centristas al presentar la enmienda eran coherentes con el espíritu del proyecto de ley. El citado proyecto recoge en su artículo segundo, que para tener derecho a pensión de invalidez en el supuesto de que el beneficiario tuviera más de 26 años, además de otros requisitos, tendría que tener cotizados tres años dentro de los 10 anteriores al hecho que causó la situación.Manuel Núñez, en nombre de los centristas, propuso que estos tres años de carencia cualificada se redujeran a una quinta parte del tiempo exigido para tener derecho a la prestación. En el caso de los mayores de 26 años tienen que tener cotizado tres octavos del tiempo transcurrido entre los 20 años y la edad en que causó el derecho. Es decir, que sería una quinta parte de los tres octavos. Hasta los propios diputados tuvieron algunos lapsus con tantas partes. Pero, en definitiva, la enmienda sirvió, cuando menos, para demostrar que el debate fue útil. Todos los diputados, sin excepción, votaron a favor de la enmienda. Núñez sonreía y agradecía en intervención posterior el apoyo a su propuesta.

Por lo demás, la reunión estuvo plagada de argumentos socialistas ya conocidos y réplicas y dúplicas de los grupos de oposición no menos sabidas. Todo ello, con la seguridad de que las razones de unos y otros no convencerían a las otras partes. Así, los resultados de las votaciones podían ser cantados antes de que se produj eran. Y, en algún caso, se registró una cierta descoordinación a la hora de expresar el voto. Enmiendas del Grupo Mixto que habían sido pactadas previamente con el Grupo Popular no obtenían su apoyo en la votación, pero por pura cuestión de despiste, corregida en algún caso sobre la marcha con la benevolencia de la presidencia.

Un cierto cansancio

Los gestos de algunos parlamentarios eran particularmente expresivos. Este encogimiento de hombros, aquella sonrisa cómplice o un cierto aire de ya lo sabía al oir que la enmienda quedaba rechazada.

Sólo, de vez en cuando, un relámpago en la monotonía de la comisión. Cuando, por ejemplo, el diputado popular Díaz Pinés le decía, con sorna, al socialista Alejandro Cercas, parafraseando lo que éste dijera en el pleno del día 30 de mayo ("¡vivan los ministro valientes socialistas!"): "¡Vivan los portavoces valientes socialistas y vivan los portavoces silentes de UGT!" La actitud de los diputados de UGT fue aludida en más de una ocasión.

José Luis Corcuera, ex secretario confederal de UGT, comentaba, posteriormente, que no merecía la pena replicar y criticaba que "algunos que han sido ministros acusen de reaccionaria a una reforma que ellos no fueron capaces de hacer cuando las pensiones estaban en cantidades de miseria".

Para Corcuera, que defendió el artículo cuatro del proyecto de ley, el relativo a la revalorización, éste hay que contemplarle en su conjunto, y así puede observarse que "no hay recortes en las prestaciones, que se garantiza la revalorización automática y que se establecen mecanismos de mayor justicia social". La revalorización, a su juicio, está más que garantizada, tanto por el artículo cuarto, como por la enmienda socialista que introduce en la exposición de motivos la intención del Gobierno de tener en cuenta la desviación de la inflación para las pensiones inferiores al salario mínimo.

Fernando Suárez, del Grupo Popular, acusó al proyecto de "técnicamente impresentable", entre otras consideraciones, y basó gran parte de sus críticas en las incoherencias, incluso gramaticales, del texto de la ponencia.

En cualquier caso no se preven cambios sustanciales. Las ya anunciadas enmiendas del Grupo Socialista fueron asumidas por la ponencia, con lo que no llegaron a plantearse en comisión. Además de la enmienda sobre desviación de inflación a la que hiciera alusión Corcuera, del nuevo texto se ha eliminado el punto dos del artículo quinto por el que se suprimían las indemnizaciones a tanto alzado por lesiones permanentes no invalidantes.

El resto de las enmiendas son, fundamentalmente de carácter técnico y no cambian el espíritu de la ley.

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