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Óscar Soto

Él médico personal del presidente chileno Salvador Allende vive exiliado en España desde 1974

Óscar Soto es un médico tímido y afable, actual jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital General de Segovia. Hasta el 11 de septiembre de 1973 Soto fue el médico particular del presidente de Chile Salvador Allende, con quien estuvo en el Palacio de la Moneda hasta cinco minutos antes de su muerte. Militante del Partido Socialista chileno desde su juventud, Oscar Soto vive desde 1974 en España, atravesando un exilio que nunca creyó que pudiera ser tan largo.

Este chileno de 50 años, 12 de los cuales han transcurrido en el exilio, es poco amigo de contar su vida, pero comprende que su historia personal puede suscitar en la gente una cierta curiosidad, un interés, por el trágico proceso que padece su país. Óscar Soto participa a menudo en charlas y debates !obre la situación política chilena, en las que suele verse obligado a relatar las incidencias de su vida junto a Salvador Allende. Durante tres años, "los más intensos de mi vida" afirma, acompañó al fallecido presidente en sus viajes, lo visitó diariamente y estableció una firme amistad con él y su familia. De la dramática jornada del 11 de septiembre de 1973 Óscar Soto recuerda, por encima de todo, la serenidad y la fortaleza de Allende "El presidente, un hombre de fuerte carácter, había previsto sin duda el asalto al Palacio de la Moneda. Diez días antes nos había comentado que frente a cualquier situación de gravedad su lugar estaría en la Moneda, el puesto donde deben estar los presidentes democráticamente elegidos de Chile".El día en que cayó la democracia, Óscar Soto no pensó en partir al exilio. Sin embargo, una breve detención en el Ministerio de Defensa, "donde pude ver cómo se realizaban juicios sumarísimos, cómo mandaban compañeros a fusilar o los interrogaban brutalmente", dice, le hizo comprender que debía salir del país. Se asiló en la casa del embajador mexicano en Santiago, de donde partió en cuanto fue posible a México. Allí vivió un breve período de tiempo y luego salió hacia La Habana. En Cuba trabajó durante un año en el Instituto de Cardiología, hasta que decidió marcharse a Madrid, 'sin saber cuánto tiempo podría quedarme en España, porque no tenía documentación alguna", añade. Tras convalidar su título de médico y opositar a la Seguridad Social, Óscar Soto entró a trabajar en el Hospital General de Segovia como jefe de la sección de Medicina Intema.

Persona vetada en Chile, cuya entrada en el país está absolutamente prohibida, Soto ignora cuándo podrá regresar.Su voz se quiebra cuando comenta que el exilio "es largo, muy largo", y no puede precisar cuáles serán sus sentimientos el día en que pueda volver a pasear frente al Palacio de la Moneda. Piensa que, "por desgracia", la situación política de Chile "está muy estabilizada, en la medida que la dictadura recibe un fuerte apoyo de Estados Unidos para mantenerse, y en la que los sectores -de la oposición todavía no han logrado construir un bloque unido para luchar contra Pinochet". Es difícil para él precisar si entre los exiliados predomina el odio o la tristeza. "El exilio es un procedimiento político para apartar a la gente de sus bases reales, para anularlos convirtiéndolos en seres trasplantados. Es inevitable pasar por períodos de escepticismo, por momentos de depresión, pero hay que luchar contra ellos, porque son lo que desea la dictadura. Tenemos que seguir estudiando, trabajando, viviendo; ésa es la única forma de resistir".

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